Otro caso de envenenamiento de perros comunitarios, quizá el más dramático por involucrar a más de una decena de cachorros que tenían poco de haber nacido, fue condenado por vecinos que los alimentaban, y que esta vez exigen de una vez por todas acabar con estas matanzas; ante desinterés de las autoridades locales, llevarán el caso a nivel nacional.
El caso, que se suma a muchos otros que se han registrado en San Luis Potosí y de los que, hasta ahora, no hay ningún responsable castigado, ocurrió con una manada que se había instalado en un terreno en los alrededores del Hospital General de Zona 50 del IMSS que inicialmente acudía a buscar comida en puestos de comida cercanos.
Al final, vecinos del sector, entre ellos integrantes del grupo rescatista “Amigos de Corazón”, los protegieron, y más porque recién la manada creció con dos camadas nuevas, una de cinco y la otra de seis cachorros.
El martes, por la noche, una de ellas dio la voz de alarma al encontrar a varios lomitos ya sin vida, y al acudir a revisar notó que también los cachorros habían fallecido; se organizaron para buscar sobrevivientes y hallaron a una hembra ya agonizando, pero murió cuando estaba por ser atendida en una veterinaria que, a esa hora, les ofrecieron servicio. Se confirmó el fallecimiento por envenenamiento.
Las integrantes de “Amigos de Corazón” expusieron que esto ya no se puede quedar así, y están considerando llevar el caso a nivel nacional, debido a que las autoridades locales no han resuelto ningún caso sobre envenenamiento masivo de perros; aseguraron que el día que hallaron a los lomitos ya sin vida, acudió una ambulancia presuntamente de Protección Civil, cuyos tripulantes solamente tomaron unos datos y se retiraron.
Sin embargo, esperan que esta vez sí se llegue hasta las últimas consecuencias, no quede impune, no como en Villa Magna, no como en Capulines, no como en muchos otros lugares donde han ocurrido recientes matanzas de perros comunitarios, por lo que se convocará a todos las asociaciones, colectivos y rescatistas independientes para que alcen la voz y se hagan escuchar.