- Ofertan los productos robados en redes sociales, desde quesos, pañales y leche, hasta acumuladores y ropa interior, los favoritos para hurtar
Elementos de seguridad privada cuya trayectoria laboral ha sido básicamente en centros comerciales, han detectado al menos entre 15 y 20 grupos de presuntos ladronas y ladrones comúnmente llamados “farderas”, que se dedican a delinquir desde cambiando billetes falsos hasta robando paquetes de pañales para bebe, ropa, leche en polvo, quesos y acumuladores, productos van a la venta en redes sociales; grupos de facebook principalmente.
Así lo comentó en entrevista a El Sol de San Luis, “Montana” guardia de seguridad de una reconocida tienda de autoservicio enclavada en el centro de la ciudad, de quien omitimos sus datos personales por seguridad y quien dijo que uno de los argumentos favoritos de estos grupos cuando se les detecta y detiene, es que roban para comer, y llaman de inmediato a los derechos humanos para que los defiendan y librarse del delito.
“Desgraciadamente el farderismo a aumentado a causa de los derechos humanos, una opción para hacer valido el alegato de que se roba para comer, sin embargo no roban comida, roban otro tipo de productos y en algunos casos sí, comida que van a revender, en una ocasión se detuvo a un ladrón de quesos que llevaba alrededor de 15 piezas, esa persona tiene un negocio de comida y roba productos para el consumo de su venta”.
Montana detalló que “las gordas, el Chino, la Nancy, la Sanjuana, y la Bernardina, son de las farderas mas reconocidas, de este grupo hubo quienes ya se independizaron y formaron sus propias organizaciones delictivas, entre ellas Bernardina y Sanjuana, en virtud de lo bien que les iba en el grupo donde se iniciaron, están también las Chicleras y las Lolas”.
El guardia de seguridad con más de 20 años de experiencia en supermercados y centros comerciales y de autoservicio, dijo que las bandas operan en grupos bien organizados y cada uno con una misión al ingresar a las tiendas.
“Se dividen en dos grupos para actuar, uno distrae al guardia de seguridad que es el ladrón más conocido, esa condición hace que lleve hacia él la atención de los guardias mientas el otro grupo se dedica a tomar mercancía, en tanto que otros preguntan tallas y se prueban prendas, van en grupos de uno a 8 /10 y 15 personas, entran por separado y salen todos casi al mismo tiempo llevando consigo desde una pieza por persona hasta carritos completos de mercancía”.
La forma de salir “desapercibidos” aun con carritos llenos de cosas, es porque amenazan a los guardias con armas blancas y armas de fuego, incluso con desarmadores, “sacan sus armas al salir, a los guardias no les queda más que dejarlos ir, se llevan hasta cuatro bolsas grandes de mercancía, una de las favoritas, la lencería, en cada viaje se llevan hasta 15 mil pesos de mercancía, en cada tienda de Bodega Aurrerá, Walmart, Chedraui, Soriana, HBE, SAMS, salen y hasta burlándose de los elementos, y más cuando son de nuevo ingreso, los amedrentan más fácilmente con toda la experiencia que tienen”.
Otra de sus tácticas son los menores de edad a quienes hacen llorar como distractores en tanto los que llevan la mercancía salen de las tiendas.
En su relato, el experimentado guardia de seguridad comenta que los guardias de más antigüedad tienen ubicados ya a los líderes o integrantes principales de las bandas más antiguas, sin embargo al detectar en que tienda se encuentran, optan por buscar donde los guardias sean nuevos, y desconozcan tanto su modus operandi como sus rostros.
“Hay o había un grupo de seguridad dirigido desde el C4 y un jefe de prevención de Walmart, en este grupo se avisan los compañeros entre si y directo a la policía al detectar la llegada de los ladrones, compartiendo fotos de vestimenta y otros detalles que los identifican”.
Pese a ser una buena estrategia, gran parte de los negocios no están en esos grupos de comunicación y en gran parte de los negocios al contratar personal nuevo de vigilancia privada no ubican a los integrantes de las bandas, lo que les vulnera a que de manera constate sean víctimas de “robo hormiga”.
A ello se suma que los directivos por omitirse trámites burocráticos no terminan los procesos de denuncia ante la Fiscalía y al no haber denuncia y ser “delitos menores” o porque alegan robar por necesidad, son liberados y vuelven a delinquir con mayor impunidad.
Gran parte de la mercancía la ofertan en grupos de venta en redes sociales, algunos de éstos ya identificados pero sin que nadie pueda hacer nada al respecto.