La cremación de cadáveres, aun siendo de personas que fallecieron a causa del Covid-19, no es obligatoria; las fosas disponibles en el panteón de Milpillas son para cuerpos completos y están a perpetuidad, aunque en los próximos días ya se contará con el servicio del horno crematorio.
Hay un acuerdo federal para no incinerar cuerpos de fallecidos por Covid-19 y únicamente se les exenta de la autopsia, por lo que hay deudos que prefieren sepultarlos, señaló el director de Servicios Municipales José Luis Zamora Valero.
Hay días en que se han inhumado hasta cinco cuerpos en tales fosas especiales; solamente la semana pasada hubo un día en que se prestaron hasta 12 servicios.
Para ello, explicó, hay un estricto protocolo de seguridad que deben tomar los trabajadores del cementerio, los cuales deben pasar por un filtro, portar trajes y equipamiento especial, y se toman medidas con el ataúd, el cual se emplaya y se le baja a la fosa de una manera determinada.
A la par, se garantiza la seguridad de los familiares de la persona fallecida y de la misma población para disminuir el riesgo de contagio, por lo que se insiste en atender las exigencias de las autoridades sanitarias.
Las fosas, se detalló, son sin bóveda, de 2.25 metros de largo por un metro de ancho, y 1.5 metros de profundidad. Además hay una separación entre fosa y fosa de 50 centímetros.
Cabe citar que las llamadas “fosas Covid” están destinadas para decesos por la enfermedad, ocurridos en el seno de familias de escasos recursos; asimismo, una vez que entre en funcionamiento el horno crematorio, se podrá disponer también de éste servicio que tendrá un costo pero que será accesible.
De momento, la empresa constructora ya revisó algunos detalles, se instaló el gas y se capacita a trabajadores municipales que serán los encargados de su operación.
En el caso de decesos por otras causas, hay suficiente espacio con cuádruplex, gavetas y nichos.