Los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a una vida sin violencia, explotación o abuso de cualquier tipo, como el castigo corporal, las agresiones psicológicas y humillaciones de trato que se consideran normales o aceptadas como métodos de disciplina o de interacción cotidiana.
Desafortunadamente, según estadísticas de trabajo infantil que emitió el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), niños potosinos son explotados laboralmente y no acuden a la escuela.
Los datos arrojan que los menores se dedican principalmente a actividades y servicios del sector agropecuario, industria manufacturera y de construcción.
En datos nacionales, se estima que 3.2 millones de niñas y niños de 5 a 17 años trabajan en actividades económicas no permitidas, principalmente en trabajo doméstico con condiciones no adecuadas lo que representa un 11.0% de la población total, y el 17.9% de ese universo no asiste a la escuela.
Además, se indica que el 55.1% de los menores trabajadores se encuentra realizando una actividad de riesgo.
Según académicos mexicanos, la legislación nacional define como trabajo no permitido aquel realizado por menores de 15 años y lo catalogado como ocupaciones de riesgo, son aquellas peligrosas o insalubres que represente una situación de riesgo y pueda afectar el desarrollo, salud física y mental de los niños, sin embargo, se le sigue empleando.
Entre los indicadores positivos, sobresale que la población infantil ocupada ha disminuido en los últimos 10 años, pero el fenómeno no se ha logrado erradicar por completo.
La condición de asistencia escolar marca diferencias entre dos grupos que conforman el trabajo infantil no permitido, el 17.9% están por debajo de la edad permitida y no asisten a la escuela, y un 55.1% de las niñas y niños ocupados realiza trabajo peligroso.