Mujeres le dan vida a la Cruz Roja en San Luis Potosí

Como voluntarias o personal remunerado, mujeres dejan de lado su vida social y dedican todo su tiempo a la benemérita institución

Mayra Tristán | El Sol de San Luis

  · martes 8 de marzo de 2022

Juanita Olivo | El Sol de San Luis

Como voluntarias o personal remunerado, mujeres le dan vida a la Cruz Roja en San Luis Potosí, algunas incluso dejan de lado su vida social y dedican todo su tiempo a la benemérita institución.

Juanita Olivo | El Sol de San Luis

MARÍA DE JESÚS

María de Jesús García ingresó hace 15 años a la Cruz Roja después de realizar su curso como Técnico en Urgencias Médicas (TUM), cuando tomó el curso eran alrededor de 40 alumnos, de los cuales 15 o menos eran mujeres, actualmente, de su generación ya sólo queda ella y otra compañera.

En la actualidad se desempeña como Responsable de Turno los sábados por la mañana, y pese a la brecha de género que enfrentó en sus inicios, asegura que hay respeto de los hombres que están a su cargo.

A lo largo de estos años ha vivido muchas experiencias, aunque reconoce que aquellas más impactantes son las que involucran a menores de edad, pues además de su trabajo en la Cruz Roja, es mamá, así que ve a sus hijos reflejados en los niños que le ha tocado atender.

Juanita Olivo | El Sol de San Luis

ELENA

Elena de León lleva seis años en la Cruz Roja, aunque tenía varios años con el interés en tomar el curso de TUM, no pudo hacerlo hasta que tuvo un empleo que le permitió pagarlo; actualmente trabaja para la Secretaría de Seguridad en el tutelar de menores, y en su día libre acude como voluntaria a la Cruz Roja donde es paramédica y docente.

Es así que en lugar de descansar o divertirse, en su día libre de trabajo remunerado, se levanta a las 5:30 de la madrugada para estar puntual a las 7 de la mañana en el voluntariado, que si bien es de 7 de la mañana a 3 de la tarde, hay ocasiones en que los servicios la llevan a quedarse hasta las 5 o 7 de la tarde.

Y aunque su función en la Cruz Roja es ayudar a otros, reconoce que también enfrenta situaciones de riesgo, "a veces nos tocan servicios en medio de la calle y a los coches 'les vale' y siguen pasando, o te empiezan a gritar de cosas porque les tapas el paso, incluso ha habido gente agresiva que te empieza a gritar que porque no haces nada, cuando hay que seguir un protocolo".

También la experiencia de ver morir a las personas puede ser difícil, "siempre ver fallecer a alguien te pone nostálgico, más a los niños, ver el sufrimiento de las personas es lo más fuerte que te llevas; a veces vas a un servicio, se te muere el paciente y todo el día traes esa cara, todo el día lo traes en la mente, a veces días".

Menciona que a pesar de ello, con esta labor tiene la satisfacción personal de saber que es funcional para la sociedad, "no es un reconocimiento de la sociedad, es algo personal el hecho de saber que hoy hiciste algo provechoso por alguien, que le salvaste la vida a alguien".

Juanita Olivo | El Sol de San Luis

PAOLA

Paola Cisneros lleva casi 12 años en la Cruz Roja, comenzó como radioperadora y después hizo el curso de TUM, por lo que también puede dar servicio en ambulancia.

Aunque recibir llamadas de auxilio puede no considerarse una labor con riesgo, se enfrenta a situaciones difíciles cuando la gente se encuentra desesperada y ella tiene que calmarla para que puedan proporcionar los datos que se requieren para enviar una ambulancia, además, con la pandemia de Covid-19 creció el listado de preguntas que tiene realizar al recibir una llamada, pues debe descartar que se trate de un paciente contagiado ya que las ambulancias de la Cruz Roja no están equipadas para atender a pacientes Covid.

Aún así le ha tocado asistir a servicios para pacientes con sospecha de contagio, y aunque reconoce que al inicio de la pandemia tenía temor al contagio, actualmente ya no es igual, pues cuentan con equipo de protección y también las vacunas han proporcionado mayor seguridad, "el temor sigue, pero ya tenemos más seguridad porque ya tenemos más experiencia con ese tipo de pacientes".

Estar "detrás del teléfono" también le ha dejado experiencias difíciles, menciona dos llamadas en las que había bebés en una situación de emergencia, en ellas tuvo que explicarle a los padres cómo darle Reanimación Cardiopulmonar (RCP) a los pequeños en tanto llegaban las ambulancias, sin embargo al llegar las unidades ya no presentaban signos vitales.

Juanita Olivo | El Sol de San Luis

ANA

Ana Grimaldo cambió su empleo como almacenista por el de TUM en la Cruz Roja, donde lleva cuatro años y medio; "la espinita la traigo desde que era niña, pero por diversas situaciones no había podido entrar". Pese a que le representó un giro radical en su vida laboral, se dice satisfecha "me gusta mucho lo que hago ahora".

Ana ha pasado prácticamente la mitad de su trabajo en Cruz Roja en pandemia, y menciona que al inicio tuvo que retirarse debido a que su madre es hipertensa y diabética, enfermedades que la hacen más vulnerable al virus, "me tuve que retirar para cuidar de ella".

Ella trabaja de manera remunerada como socorrista pero además acude como voluntaria dos veces a la semana, lo que le ha implicado dejar a un lado la diversión de los fines de semana, "vida social ya no tengo".

Asegura que no ha tenido problemas con los varones, "trabajamos muy bien, hacemos buen equipo, más cuando se trata de atender un paciente"; y aunque ha presenciado situaciones tristes en este trabajo, le gusta ayudar a la gente, por lo que no descarta avanzar de TUM de nivel básico, a intermedio y avanzado.

Es así como estas cuatro mujeres han priorizado la ayuda a los otros, sacrificando tiempo de descanso y diversión, incluso momentos con la familia, por una labor en la que en ocasiones el pago no es un salario, sino una satisfacción personal.