Las mujeres indígenas no solamente sufren discriminación en San Luis Potosí, sino racismo, reflejado en hechos como asumir que por su identidad, son personal de limpieza.
Como parte de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer Indígena, este martes se llevó a cabo en el Poder Judicial el conversatorio “Tejiendo caminos, historias de mujeres indígenas en la Capital potosina”, y el panel “Los rostros del racismo velado en la Capital potosina” en los cuales participaron mujeres pertenecientes a las comunidades téenek, náhuatl, otomí, mazahua y triqui.
Al respecto, Paola Sánchez Baldelamar, originaria de Axtla y representante del pueblo náhuatl, que participó en el conversatorio, señaló que las mujeres indígenas han tenido que aprender a vivir con discriminación diariamente, por ejemplo, en su municipio “las oportunidades son mínimas, para que una mujer pueda tener un grado de estudios superior es muy difícil porque no cuenta con recursos o por la visión de que solamente los hombres lo pueden hacer”, por lo que las mujeres indígenas siguen en la lucha para que se reconozcan y respeten sus derechos.
En su caso, la doctora Martha Morales González perteneciente a El Colegio de San Luis, y también representante del pueblo náhuatl, quien participó en la ponencia, indicó que “a medida que vamos insertándonos en la vida cotidiana vemos que hay situaciones que evidencian en la estructura social el racismo”, ya que se les ve como seres inferiores.
Mencionó que esto pasa tanto en la esfera pública como en la privada, por ejemplo, en las instituciones educativas en ocasiones al ver a personas indígenas se asume que son personal de limpieza y no estudiantes, y en los negocios se le da un trato preferente a quienes tienen la tez clara, “si somos morenos los vigilantes nos siguen, se nos identifica como empleados, servidumbre”. Como experiencia personal, narró que en ocasiones sus compañeros decían frases como “huele a Martha”, como referencia para expresar que “huele a indio”.
Destacó que “esas cosas se dan por hecho por el color de la piel, por los rasgos indígenas, no sólo en San Luis sino en general en el país, por eso es importante hablar de estos temas para sensibilizar a la sociedad, para ir generando proyectos antirracistas que no sólo nos corresponden a los pueblos indígenas”.
En el evento estuvieron presentes la magistrada Luz María Cabrero, Miguel Ángel García Amaro presidente de la Comisión Ejecutiva Estatal de Atención a Víctimas (CEEAV), Martín Esteban Reyes director de la oficina de representación del Instituto Nacional de Pueblos Indígenas, la diputada Yolanda Cepeda Echavarría, y la subsecretaria de Derechos Humanos de la Secretaría General de Gobierno Verónica Onofre .
Al respecto, Verónica Onofre señaló que “es vergonzoso que ser mujer indígena conlleve una vulnerabilidad interseccional por ser mujer, ser indígena y pobre, desde Gobierno del Estado reconocemos la deuda histórica que tenemos para con los pueblos y comunidades indígenas, específicamente a las mujeres, niñas y adolescentes”, y reconoció que la única forma de atender las problemáticas que enfrentan, es escuchando a quien le afecta.
En su caso, el director del Instituto Nacional de Pueblos Indígenas manifestó que las mujeres han padecido históricamente pobreza, limitantes al derecho a la salud y la educación, a la participación política, “hoy en día enfrentan un reto de desigualdad por cuestiones de género, muchas realizan actividades no remuneradas o con pobre remuneración”, por lo que se deben dar herramientas para fortalecer a las mujeres con acceso a la educación, fortalecimiento a su lengua y tradiciones, acceso a la salud, y formación para ocupar espacios públicos.
Por su parte, la magistrada Luiz María Cabrero destacó la situación por la atraviesan las mujeres que participaron en el evento, ya que la mayoría tuvo que abandonar su comunidad para ir en busca de espacios en los que pudieran ejercer derechos como la educación y el empleo, aún a costa de dejar a su familia.