Debido a la continúa sequía, ganado en el municipio de Tamuín muere, lo que ocasiona pérdida de ingresos económicos en productores, así lo mencionó Timoteo Morales Martínez, Consejero de Desarrollo Social de esta localidad y quién además remarcó que esta ha sido la temporada de sequía más larga en muchos años.
Y aseguró que esto ha ocasionado algunas de las repercusiones en la tierra son la proliferación de plantas no comestibles para el ganado, se acelera el proceso de erosión en la tierra y es difícil la recuperación de la vegetación en las zonas afectadas.
Aunado a esto, la inversión económica para mantener los hatos en buen estado, es muy costosa lo que hace imposible que muchos productores puedan salvar las cabezas de sus reses o bovinos, pues el rollo de zacate o sorgo cuesta entre los 559 y 700 pesos, situación que ha afectado al menos a unos 10 ejidos y comunidades del municipio.
"Los insumos para mantener el ganado son caros, algunos ya vinieron a solicitar apoyo con pacas al Ayuntamiento de Tamuín, el campo está seco, en el monte no hay chotes ni nopal forrajero para darles y las vacas que ya han perdido mucho peso, ya no se pueden vender", dijo.
Morales Martínez también señaló que una de las comunidades más afectadas por la sequía como lo es Estación del Coco, en dónde las reses yacen muertas en los campos secos, situación que limita y afecta la producción.
"No hay agua ni paso, tampoco alcanza el dinero para salir de esto, están pagando muy poquito por las cabezas de ganado porque no están en su peso y mantenerlas con forraje es muy costoso, porque ahorita no hay programas que ayuden a contrarrestar está situación ".
Agregó que lo ideal sería alimentar al ganado con forrajes de paca con melaza y llevar a cabo programas en dónde los ganaderos puedan estar preparados para la llegada de estas condiciones y tener a la mano su forraje y mantener la carga animal óptima.
Morales Martínez recordó que estas sequías no se registraban en este municipio desde 1980, la cual duro cuatro años consecutivos y que ocasionó una catástrofe en la producción local de ganado y en dónde se tuvieron que invertir millones de pesos para poder salvar los pocos hatos que quedaban.
"Duró unos cuatro años y creo que para allá vamos, empezó igual y pasó lo mismo, el ganado perdió peso hasta morir, no se tenían forrajes y el suelo no daba nada de vegetación. Creo que ahorita apenas estamos empezando esa crisis de sequía, ya ahorita las vacas no tienen nada que comer ya están muriendo por esto, se necesita ayuda para controlar está crisis de sequía", explicó.