La minería ha evolucionado hacia el menor impacto posible y el mayor aprovechamiento y la de tipo grande, está muy controlada y sus procesos también. Sin embargo, el problema que genera tragedias en ocasiones, es la de carácter artesanal, porque los mexicanos aún están acostumbrados a las viejas prácticas.

Eso fue lo que consideró, Roel Cruz Gaona, director del Instituto de Metalurgia de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, (UASLP), al hablar sobre esta actividad económica del sector primario que refiere a la extracción de minerales y del sector energético, si se hace referencia a la extracción de combustibles fósiles.

El responsable del Instituto de Metalurgia de la máxima casa de estudios sostiene que, pese a que ya está prohibido el uso de mercurio para la recuperación de metales preciosos, se sigue usando porque hay gente que continúa con prácticas heredadas de sus abuelos. Estas personas reconocen minerales valiosos, los mezclan con mercurio y realizan sus propios procesos de recuperación.

Conforme a datos de INEGI, en 2022, la minería se incrementó 0.1 por ciento desde el 0.5 por ciento del año anterior, en tanto que los suministros de energía eléctrica, gas y agua revirtieron su tendencia a la baja, pasando de -17.7 por ciento en 2021 a 3.5 por ciento en 2022.

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El trabajo que persiste en la vieja práctica minera, tiene que ver con que a los viejos mineros no les preocupa tanto el impacto ambiental y simplemente desechan los residuos sin control. Además, existen prácticas de minería ilegal, como los llamados “pocitos de carbón”, que también generan muchos problemas, aunque no son la principal fuente de minería, siguen existiendo.

Existen proyectos para desarrollar pequeñas plantas itinerantes que procesan el mineral con técnicas modernas, pero es difícil convencer a la gente de cambiar sus métodos pues prefieren trabajar solos y no afectar sus ganancias, sin embargo, se sigue trabajando en ese aspecto.

Aún persiste la minería artesanal, que al no tener tanta tecnología, afecta de forma profunda en muchas áreas, la multidisciplinariedad existe ahora en todas las líneas de trabajo. Por ejemplo, en las compañías mineras, no sólo trabajan geólogos que determinan la cantidad de minerales, sino también especialistas que analizan los posibles efectos de los minerales en la salud, la ecología y el impacto ambiental de la zona.

Lo anterior implica un sinnúmero de estudios para hacer posible lo que mucha gente considera imposible: un desarrollo sustentable de la minería. Si bien algunos creen que la minería y la sustentabilidad son conceptos opuestos, la clave está en buscar que la actividad minera tenga el menor impacto posible.

Este objetivo implica la colaboración de biólogos, veterinarios, agrónomos, químicos y otros especialistas que apoyan a las compañías mineras. Por ejemplo, los biólogos se encargan de mover las especies de flora y fauna para reinstalarlas una vez que la mina se cierre. Todo esto no es sólo por buena voluntad, sino porque la ley lo exige, y para cumplir con las normas, es necesario apoyarse en un enfoque multidisciplinario.

Cabe añadir que, en 2022 la minería mexicana continuó ubicándose entre las más importantes del mundo, contando con 16 metales y minerales ubicados en los diez principales lugares en la producción mundial. No obstante, en dicho año se registró un decremento de 0.6 por ciento y, como consecuencia, el sector disminuyó ligeramente su participación en el Producto Interno Bruto, PIB nacional, de 2.5 por ciento en 2021 a 2.4 por ciento.

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