/ lunes 12 de agosto de 2019

Microorganismos crean “costras biológicas” en desiertos: Ipicyt

Los suelos de los desiertos considerados poco viables para la germinación, no son estériles ya que poseen gran diversidad de plantas y organismos que cumplen una función en el equilibrio ecológico

Contrario a lo que puede pensarse, en los suelos de los desiertos existe una diversidad de microorganismos que dan sustento a la vida, muchas veces similar a los de otros ecosistemas. Estos microorganismos están siendo investigados en el Consorcio de Innovación, Desarrollo y Desarrollo para las Zonas Áridas (CIIDZA).

El doctor Guillermo Pastor Palacios, Cátedra-Conacyt adscrito al IPICYT indica que los suelos en los desiertos están llenos de bacterias, hongos, líquenes, microalgas, que interactúan de forman tal que llegan a formar “costras biológicas”, las cuales cumplen un rol muy importante en el equilibrio ecológico.

El doctor en Biotecnología explica que se encuentran estudiando cuál es el comportamiento de estos microorganismos en el suelo y por qué son tan importantes: “básicamente nos enfocamos en costras biológicas, las cuales llegan a ser una asociación entre microorganismos (bacterias, hongos, líquenes, microalgas) que cumplen funciones ecológicas muy importantes”, indica Guillermo Pastor.

Agrega que comúnmente los suelos de los desiertos se les consideran pobres o poco viables para la germinación; sin embargo, no son estériles ya que tienen una gran diversidad de plantas y organismos, en un espacio relativamente pequeño se pueden encontrar varias especies de plantas.

“Las costras ayudan a que incluso haya germinación de algunas plantas, cumplen una función ecológica y ahora nos dedicamos a investigar sus características moleculares en el laboratorio del CIIDZA. Otros trabajos, han identificado bacterias, hongos, líquenes y cianobacterias de manera morfológica”, agrega el investigador del IPICYT.

El método mediante el cual están estudiando estas asociaciones de microrganismos, es de última generación, llamado secuenciación de ácidos nucleicos. Para ello, se toma una parte de la costra, se hace una extracción de material genético y después se identifica qué tipo de hongo, cianobacteria o microalga está presente.

“Hasta ahora sabemos que las cianobacterias son las que mayoritariamente existen en estas asociaciones en zonas áridas y son las responsables de que se fije el nitrógeno, el fósforo y el carbono en el suelo. Nutrientes que permiten crecer a las plantas, sin ellos no podría llevarse a cabo el proceso de fotosíntesis, de ahí la gran importancia de seguir estudiándolas”, indica Guillermo Pastor Palacios.

Finalmente, agrega que los datos que se obtengan pueden ayudar a entender cómo una zona desértica puede aumentar su fertilidad, a través de procesos de restauración del suelo, como inocular o implantar los propios microorganismos.

Contrario a lo que puede pensarse, en los suelos de los desiertos existe una diversidad de microorganismos que dan sustento a la vida, muchas veces similar a los de otros ecosistemas. Estos microorganismos están siendo investigados en el Consorcio de Innovación, Desarrollo y Desarrollo para las Zonas Áridas (CIIDZA).

El doctor Guillermo Pastor Palacios, Cátedra-Conacyt adscrito al IPICYT indica que los suelos en los desiertos están llenos de bacterias, hongos, líquenes, microalgas, que interactúan de forman tal que llegan a formar “costras biológicas”, las cuales cumplen un rol muy importante en el equilibrio ecológico.

El doctor en Biotecnología explica que se encuentran estudiando cuál es el comportamiento de estos microorganismos en el suelo y por qué son tan importantes: “básicamente nos enfocamos en costras biológicas, las cuales llegan a ser una asociación entre microorganismos (bacterias, hongos, líquenes, microalgas) que cumplen funciones ecológicas muy importantes”, indica Guillermo Pastor.

Agrega que comúnmente los suelos de los desiertos se les consideran pobres o poco viables para la germinación; sin embargo, no son estériles ya que tienen una gran diversidad de plantas y organismos, en un espacio relativamente pequeño se pueden encontrar varias especies de plantas.

“Las costras ayudan a que incluso haya germinación de algunas plantas, cumplen una función ecológica y ahora nos dedicamos a investigar sus características moleculares en el laboratorio del CIIDZA. Otros trabajos, han identificado bacterias, hongos, líquenes y cianobacterias de manera morfológica”, agrega el investigador del IPICYT.

El método mediante el cual están estudiando estas asociaciones de microrganismos, es de última generación, llamado secuenciación de ácidos nucleicos. Para ello, se toma una parte de la costra, se hace una extracción de material genético y después se identifica qué tipo de hongo, cianobacteria o microalga está presente.

“Hasta ahora sabemos que las cianobacterias son las que mayoritariamente existen en estas asociaciones en zonas áridas y son las responsables de que se fije el nitrógeno, el fósforo y el carbono en el suelo. Nutrientes que permiten crecer a las plantas, sin ellos no podría llevarse a cabo el proceso de fotosíntesis, de ahí la gran importancia de seguir estudiándolas”, indica Guillermo Pastor Palacios.

Finalmente, agrega que los datos que se obtengan pueden ayudar a entender cómo una zona desértica puede aumentar su fertilidad, a través de procesos de restauración del suelo, como inocular o implantar los propios microorganismos.

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