Los mercados tradicionales son un espacio vivo, repleto de historias y personajes. Con el tiempo estas áreas mercantiles se han vuelto un punto de encuentro tan distintivo que, no sólo se realizan las típicas actividades comerciales, sino que también fluctúan diversos eventos de gran tradición, entre ellas las fiestas religiosas y patronales.
Uno de estos centros de abasto más populares que mantiene vigente este tipo de actividades es el Mercado de la Merced o, mejor conocido como Mercado Tangamanga, ubicado a un costado del Jardín Colón antes de iniciar la Calzada de Guadalupe, quienes debido a la historia que lo antecede sus locatarios son fervientes creyentes de la Virgen de la Misericordia.
Anteriormente donde se sitúa esta área comercial, estuvo erigido la suntuosa y ceremonial Iglesia de Nuestra señora de la Merced Redención de Cautivos, construcción que inició a finales del siglo XVII. En 1782 fue modificada, en donde se retiró su icónica torre campanario, para después de 75 años ser demolida por completo en el tránsito reformista y liberal que vivió el Estado potosino.
Después de ser destruido el recinto religioso, se destinó el espacio para ser convertido en un tianguis mercantil, donde con el transitar del tiempo se fue edificando lo que hoy es este singular mercado.
Inaugurado en el año de 1891, El Mercado Tangamanga es uno de los más antiguos de la entidad. Cuenta con un total de 120 locales y sólo un 80 por ciento de ellos se mantienen activos. Son múltiples los negocios de diferentes ramos mercantiles, como florerías, fondas, pollerías y carnicerías, muchos de ellos con un gran prestigio que los precede, gracias a el trabajo de varias familias de comerciantes que se han dado a la tarea de mantener vigentes sus comercios.
Arte sacro, sentimiento y devoción
Entre sus pasillos se pueden presenciar diversas piezas de Arte Sacro en alegoría a la también llamada Virgen de la Merced. La iconografía usada para representar a esta advocación consiste en una imagen femenina o Madonna que lleva una túnica o capa, todo en color blanco o claro, con el escudo mercedario en el pecho. También suele llevar otros elementos como corona o tocado, y al Niño Jesús de su lado izquierdo, como un referente simbólico de la “protección de la madre de Dios”.
El mercado tiene un total de 4 imágenes que resguardan este lugar, mismas que pertenecen a familias de los locatarios que a través del tiempo, se han dedicado a mantener viva la devoción a “Nuestra Señora de las Mercedes”.
De todas éstas, una en especial se distingue por su historia y es la que pertenece desde hace 32 años a la Carnicería “La Única”, tallada en madera elaborada bajo comisión a cargo del señor Juan Roberto Rodríguez Lara.
Es una escultura con una altura aproximada de un metro 20 centímetros, detallada magistralmente, pintada a mano y con finas vestiduras bordadas.
Esta imagen fue elaborada principalmente como una muestra de veneración hacia la Virgen de la Misericordia quien es la patrona del Mercado de la Merced, pero también como una acción de agradecimiento, puesto que la familia Rodríguez lleva más de 71 años como comerciantes en este espacio.
Esta imagen religiosa, ha sido testigo del crecimiento y trabajo de varias generaciones familiares que pertenecen a la Carnicería “La Única”. Negocio que comenzó como todos los locales ahí dispuestos, con un pequeño puesto en el transcurso de su edificación, donde un bracero y algunas verduras fueron el inicio de este tradicional comercio.
La historia que envuelve a esta advocación mariana, está repleta de veneración y misticidad, puesto según lo relatado por comerciantes y visitantes, se sabe que esta imagen salvó al ferviente locatario y dueño de esta imagen, de un trágico final.
En el año 2016, el señor Rodríguez Lara, sufriría un accidente que expondría la magnificencia de esta figura religiosa, una explosión en el local de este carnicero sería el breve tormento, que lo convertiría en un milagro viviente.
Un tanque de gas había fugado su contenido, donde Lara resultó con algunas quemaduras en el rostro y su mano derecha. Cuando ocurrió este incidente, salió expulsado al negocio de enfrente y al tiempo que se encontraba en el piso la imagen de la Virgen cayó a un costado, causando la rotura de la mano derecha de la imagen y partiendo el rostro del “Niño Jesús”.
Después llevaron al hospital a este hombre trabajador, y a su regreso fue sumamente notorio que en los mismos lugares donde el señor Lara había sufrido quemaduras, la escultura mariana presentaba daños.
Más tarde alguien se dio cuenta de que al parecer en la parte fracturada del rostro del Niño, se veía el perfil de una cara similar a la de la Virgen de los Dolores, situación que desde entonces provocó conmoción por parte de los comerciantes del mercado y por todo visitante que llega a conocer la imagen.
Al señor Juan Roberto lo atendieron en la clínica 50 del Imss, donde el accidente le dejaría las manos marcadas, pues fue tan grande la explosión que el estruendo cimbró todo el edificio.
Donde afortunadamente y gracias al milagro, y benevolencia de la Virgen de las Mercedes, el fuego no llegó a los más de 20 tanques que de gas que existen en los locales de este mercado.
Por esto y por el gran fervor hacia “Nuestra señora de la Merced” muchas personas le han pedido a don Roberto donar la imagen, pero él y su familia se han negado, pues tiene un significado especial para ellos, y quienes les conocen saben que esta escultura religiosa está exhibida para todos, con el fiel propósito de brindar consuelo y apoyo a quien lo necesite.
El local donde se encuentra esta imagen religiosa es en el ala oeste de este sitio mercantil, es la más grande y fastuosa del recinto, y se está dispuesta afuera de la carnicería.
Fiesta patronal, toda una verbena popular
Los días 23 y 24 de septiembre desde hace más de 75 años, la población perteneciente al Barrio de San Sebastián, celebra la veneración a la Virgen de la Merced o de la Misericordia, debido a la antigua edificación que estuvo construida en honor a esta advocación, en lo que ahora es el Mercado Tangamanga.
Patrona de los mercedarios, su devoción se difundió por toda España para que en el siglo XIV llegara su imagen a México, convirtiendo a muchos de los evangelizadores en fieles fervientes de esta Virgen.
Después de haber sido destruida en pleno siglo XIX la Iglesia de Nuestra señora de la Merced Redención de Cautivos, los comerciantes y mercedarios instaurados en el sitio, decidieron llevar a cabo una fiesta patronal en honor a la Virgen de la Misericordia, patrona del Mercado de la Merced.
Los días de júbilo en honor a esta imagen, los comerciantes del mercado salen a las afueras del Jardín Colón y disponen puestos y toda una verbena, donde ofrecen gran infinidad de comida y bebida, a quienes llegan a celebrar a la Virgen. Cada uno de los locatarios, quienes son fieles mercedarios ofrecen como tributo algo de su mercancía para el disfrute de la población, como es el caso de la Carnicería “La única” que cada año ofrece sus riquísimos tacos de tripita.
Las actividades comienzan siempre el día 23 del mes de septiembre, con una plática de inicio sobre la historia de la Virgen de la Merced. El día 24 se hace una breve ceremonia alrededor de la placa del nombre al mercado, la cual es muy significativa para los negocios de este lugar, pues de manera oficial atestigua que el nombre del Mercado Tangamanga cambió, para ser nombrado oficialmente Mercado La Merced. Después durante el día se llevan a cabo conferencias históricas referente a la edificación de este centro mercantil y sus personajes ilustres, para por la tarde noche dar entrada a la fiesta patronal, donde diversos grupos musicales se presentan dando inicio a un baile popular en honor a la patrona de La Merced.