Mercaderes siguen dejando basura y estructuras en el centro de SLP

Mercaderes de vía pública del Centro Histórico se siguen burlando de los inspectores municipales y, pese a su obligación de asear sus espacios y retirar la basura al término de su jornada, siguen haciendo caso omiso e, inclusive, han vuelto a dejar instaladas sus estructuras.

De acuerdo con un reclamo de comerciantes establecidos de la avenida Reforma y Eje Vial, son ellos o sus trabajadoras y trabajadores los que terminan por limpiar las áreas donde se instalan los mercaderes semifijos.

A pesar que el reglamento de Plazas y Mercados les ordena retirar estructuras y asear los espacios que utilizaron, así como retirar su basura al final de la jornada, todavía varios de ellos siguen haciendo caso omiso.

Miguel Mora / El Sol de San Luis

No obstante, y a pesar que sus estructuras quedan instaladas, los inspectores municipales no las han retirado, como se había hecho en anteriores ocasiones derivado de la orden terminante del titular de Comercio Municipal, Jorge García.

Se había dicho que las estructuras que dejaran instaladas serían retiradas y, hasta el pago de una sanción, podrán ser devueltas; también se dijo que se vigilaría que tales estructuras no estorbaran ni representaran un riesgo para los transeúntes, y no afectaran la vialidad.

Ahora, dicen los establecidos, los vendedores en vía pública se burlan de los inspectores que no intervienen a pesar que se les ha pedido en repetidas ocasiones, inclusive enviándoles fotos y videos.

Miguel Mora / El Sol de San Luis

Al término de la jornada comercial, las citadas arterias y los alrededores lucen con montoneras de basura por todas partes, en espera del paso del camión recolector; sin embargo, tales desechos suelen amanecer regados –por la intervención de pepenadores-y ser los mismos comerciantes establecidos los que deben recogerlos.

El mayor problema es cuando se trata de desechos de frutas y otros comestibles que se comercializan en Reforma, Moctezuma y Eje Vial, debido a que atraen fauna nociva y generan mayor presencia de perros callejeros que, al arreciar los calores, podrían representar también un riesgo para quienes suelen acudir al centro de la ciudad a realizar sus compras o hasta para los mismos empleados de la zona.