"Mi familia sabe bien que esto es lo que me apasiona y que no dudaría en brindar ayuda a quienes se encuentren en situaciones tan lamentables, como lo fue el paso del huracán", así se expresa Francisco Javier Orta Guerrero, médico adscrito al Hospital General de Zona (HGZ) No. 6, del Instituto Mexicano del Seguro Social, (IMSS), quién acudió a atender a los pacientes que se encuentran en estado de emergencia por el huracán Otis en Acapulco, Guerrero.
A su regreso por esta travesía, el médico urgenciólogo e intensivista, narró las condiciones que encontró en el lugar.
"Al llegar al hospital, ni siquiera hubo tiempo para habilitar un área de descanso; nos encontrábamos cumpliendo con nuestro propósito; el sudor pesaba, pues muchos de los brigadistas no estaban acostumbrados a esas temperaturas”.
Explicó cómo fue que se decidió a asistir a esta zona de desastre, afirma que al día siguiente del paso del huracán, fue llamado a integrarse y coordinar uno de los Grupos de Respuesta Inmediata Institucional (GRII) del IMSS. Viajó directamente a la Ciudad de México, ahí partieron a Acapulco en medio de caminos que significaban un alto riesgo para cualquiera que transitara por ellos. Finalmente el 28 y 29 de octubre, el equipo conformado por 17 médicos y enfermeras a su cargo, trabajó arduamente, casi sin descanso, para poner a salvo la vida de los pacientes que llegaban a montones a la institución.
“Fue sumamente difícil, no había señal de comunicaciones, teléfonos luz, vías cerradas, estuvimos prácticamente incomunicados”.
Originario de Ciudad Valles, el especialista, por más de 48 horas, junto a otros médicos, realizó labores de rescate y evacuación de personas hospitalizadas en el nosocomio del puerto; su trabajo voluntario consistió en bajar desde el octavo piso, en camilla o en brazos, a paso de escaleras, a las personas hospitalizadas que serían trasladadas vía terrestre o aérea a otras unidades médicas; así como coordinar la atención médica de estos pacientes.
Entre las anécdotas que menciona es que los integrantes de los GRII llevaron sus propios víveres. “En realidad se trataba de un gasto energético muy básico, como latas de atún, líquido, galletas energéticas”, no alcanzaba el tiempo para hacer mejores comidas ni tampoco para añorar el zacahuil Huasteco o la buena sazón de sus seres queridos.
Atender cuestiones de desastres naturales, no fue para él, nada extraño, porque desde los 12 años de edad, había participado en instituciones como Cruz Roja, y a lo largo de su vida, siempre mantuvo una vocación de servicio, por tal motivo, decidió pertenecer a los GRII a cargo de la Coordinación de Proyectos Especiales en Salud, de la Dirección de Prestaciones Médicas del IMSS.
Afirmó, sentirse orgulloso de la institución a la que representa, pues la ayuda comenzó a llegar, la presencia de más voluntarios y brigadistas marcó la diferencia en estos momentos cruciales que se viven en el país.
Por lo pronto ya regresó a San Luis Potosí y se encuentra laborando en el nosocomio del IMSS y recuerda que tuvo que atender a la población en general, que traían todo tipo de enfermedades y problemas urgentes.