Las Fiestas Patrias representaron un fuerte gasto económico para los padres de familia de preescolar, primaria y secundaria donde en la mayoría de estas hubo verbenas populares, con platillos mexicanos, trajes típicos entre otras cosas.

Fuera de la diversión, esto fue un gasto duro para muchos papás, por lo que algunos de escasos recursos optaron por mejor no llevar a sus hijos a la escuela, dado que no tenían el dinero para dar la cooperación que se les pedía. Además de adquirir vestuarios o ropa de acuerdo a la ocasión, ya que en estos casos los docentes piden a los pequeños caracterizados.

En su mayoría las vestimentas típicas cuestan alrededor de trescientos pesos, y hay muchos papas que muy apenas ganan ochocientos pesos semanales, y no podían invertir en un vestuario que sólo se pondrían en una ocasión, además se les pedía a los padres cooperación para la elaboración de arreglos patrios y platillos típicos regionales.

Cabe destacar que en algunas escuelas los padres cooperaron para comprar los platillos, pero el colmo fue que a pesar de que estos fueron con el dinero de los padres se estuvieron vendiendo para recaudar fondos.