Al filo de las 13:00 horas unos parroquianos que realizaban una visita a la tumba de sus seres queridos en el Panteón Hidalgo, se llevaron una sorpresa al encontrar dentro de uno de los botes de la basura, un costal donde se apreciaba movimiento y lamentos de cachorros caninos en el interior.
Por humanidad procedieron a sacarlos y los colocaron en el pasillo, ofreciéndoles un poco de agua.
Luego de realizar la limpieza de la tumba que fueron a visitar y colocar unas flores que llevaban, acudieron a la administración del camposanto para poner en conocimiento del encargado la situación de los cachorros que acababan de encontrar.
El cuidado no se mostró muy sorprendido y dijo que era común que gente sin escrúpulos o gente muy desesperada acudiera a aventar a los perros a través de la barda al interior del panteón, o como en este caso, abandonarlos generalmente dentro de un costal.
El problema de la sobrepoblación de perros callejeros en la ciudad aumenta a pesar de la campaña de esterilización y al decir de algunos ciudadanos, Lo que sucede es que sólo esterilizan a los perros domésticos y no se atiende el problema de raíz que está en los perros comunitarios que se reproducen en la calle sin control, porque no hay un programa de atención para hembras y machos y por eso se da la reproducción indiscriminada en todos rumbos de la ciudad.