Más de 2 mil 300 pacientes cuentan con una nueva oportunidad de vivir, gracias a la buena voluntad de familias enteras que han decidido donar órganos.
Eudermin Gámez Gómez, Director General del Centro Estatal de Trasplantes,(CETRA), menciona que hay personas que sobrevivían a la espera de un órgano o tejido para recuperar su salud y calidad de vida y que se han reincorporado productivamente a la sociedad, luego de que encontraron eco entre hombres y mujeres que supieron de la importancia de regalar una segunda oportunidad.
El trasplante es la terapia que consiste en sustituir un órgano o tejido enfermo por otro sano proveniente de un donante, por lo que es muy importante manifestar nuestro deseo de donar y conocer los procesos para tomar la decisión más acertada.
El daño a los órganos puede resultar de enfermedades crónicas, como la diabetes mellitus o la hipertensión arterial, también con medicamentos como los antiinflamatorios, también lesiones directas (golpe, herida), y tóxicos que pueden acumularse como los venenos, sustancias disueltas en el agua de consumo, también como resultado de enfermedades infecciosas y autoinmunes como el Lupus y Artritis Reumatoide.
Por ello, se insiste en la cultura de donación que se refiere al conocimiento, valores, actitud, importancia y respuesta a la necesidad del trasplante. A mayor cultura de donación, menor es el tabú, el desconocimiento y mayor la voluntad de donar.
Los pacientes que requieren de un trasplante deben ser evaluados por un comité para evaluar cada caso de manera individual, para revisar si algún proceso es más urgente que otro, también para saber si el paciente tiene otros padecimientos que requieran un manejo avanzado y poder evitar riesgos de la cirugía.
Para ser donante en vida, se requiere ser mayor de edad y que la donación no afecte su salud, por lo que también se realizan estudios y se revisa por especialistas cada caso. Quién dona en vida recibe la satisfacción de ver recuperada la salud de un amigo, un familiar o un conocido que sobrevive a la espera del trasplante.
Para donar al fallecer, se requiere que la familia conozca la voluntad de la persona de ser donante y la acepte. La necesidad del trasplante no distingue estrato social, religión, etnia ni género, por lo que todos podrían necesitarlo.