El director de Gestión Ecológica y Manejo de Residuos municipal, Maximino Jasso Padrón, reconoció que hay más de un centenar de ladrilleras que trabajan en la clandestinidad y que, inclusive, mudan sus hornos a predios que invaden; confirmó que alrededor del 63 por ciento de construcciones en proceso ya se edifican con block o ladrillo cerámico, que requieren de otros procesos para su elaboración.
“Ya no podemos soportar más quemas, ni hornos sean eléctricas o con sopladores, porque generan bioxinas al aire; así vamos por una economía circular, donde literalmente transitemos hacia materiales más sostenibles, y en este sentido no hay más que el block”.
De hecho, hay la intención de proponer formalmente que las nuevas edificaciones de casas-habitación, consideren al block en lugar del ladrillo.
Indicó que ya se han llegado a acuerdos con productores artesanales de ladrillos para sumar voluntades; dijo que hay 70 integrantes, aunque hay 122 ladrilleras activas, lo que significa que trabajan de manera clandestina
El funcionario reconoció que es la zona norte la más afectada por la contaminación que generan las ladrilleras, porque ahí es donde operan la mayoría de las ladrilleras, la mayoría de las cuales funciona de madrugada.
“Ya no podemos permitir que las personas se sigan enfermando por respirar las toxinas, pero ha sido complicada la política pública con los ladrilleros; ya no hay tiempo para sostener éstas actividades que están afectado el medio ambiente”, señaló.