La incidencia bruta de Cáncer Cervicouterino por cada 100 mil mujeres en 2020 fue de 14.3 y según la Organización Mundial de la Salud, OMS, en el año de 2019 se tuvo un registro de muertes por esta enfermedad en México por arriba de las 4 mil 800.
Mientras que la Secretaría de Salud del gobierno de la república mexicana, estima anualmente una ocurrencia de 13 mil 960 casos de mujeres con cáncer de cérvix y lo importante es que puede ser prevenible, si la mujer toma acción de su salud.
El Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, (ISSSTE), activó la segunda etapa de distribución de pruebas de autotoma de ADN del virus del papiloma humano (VPH) (conocida como cepillo Evalyn), donadas por laboratorios Roche México a mujeres trabajadoras, con el compromiso de intensificar la detección oportuna de este virus, principal factor de riesgo para contraer esta enfermedad.
El organismo sanitario nacional indica que en lo que va de 2023 se han atendido dos mil 259 pacientes por VPH mediante cinco mil 929 consultas y dos mil 485 mujeres por cáncer cervicouterino, quienes reciben seguimiento a través de tres mil 211 consultas.
Actualmente, la innovación en diagnóstico permite contar con herramientas como las pruebas de ADN del VPH que tienen sensibilidad de 90 por ciento y, al ser pruebas de autotoma, empodera el acceso a la salud de las mujeres.
En el país, 7 de cada 10 mujeres de 30 a 49 años se han sometido a pruebas de detección de cáncer cervicouterino en los últimos 5 años, según el último perfil de esta enfermedad.
Los objetivos de la Estrategia de Eliminación del Cáncer del Cuello Uterino de la OMS para 2030, dictan que se persigue que las mujeres queden completamente vacunadas contra el VPH a los 15 años, que el 70 por ciento de las mujeres se sometan a una prueba de detección de alto rendimiento a los 35 años y, de nuevo, a los 45 años, y que 90 por ciento de las mujeres a las que se ha diagnosticado enfermedad cervicouterina estén en tratamiento.