Mario es un laboratorista que actualmente acude los domicilios de los pacientes que requieren practicarse algún tipo de prueba para conocer si tienen la enfermedad del Siglo 21, el covid, lo mandan sin todos los protocolos de sanidad necesarios.
Cuenta que atiende al menos a 20 pacientes diarios, quienes en su mayoría resultan positivos de esta enfermedad.
Desde las 9 de la mañana y hasta las 4:00 de la tarde viaja a distintos lugares de la capital potosina para practicar las pruebas y se ha percatado de un incremento de solicutudes y por ello en el laboratorio donde labora, ya es muy difícil conseguir una prueba domiciliaria. Son casos excepcionales los que se aceptan.
Cobra más de mil pesos por cada prueba, pero se ha dado cuenta de que no es un gran problema para quienes quieren cerciorarse de ésta enfermedad, pues pagan hasta más dinero para saber si están o no contagiados.
Sólo lo envíen a los domicilios con un equipo que está protegido con plásticos y unicel, pero a él, no le dan ningún tipo de mecanismo para protección.
Sólo porta guantes de látex, pero no lleva consigo una bata o los zapatos especiales que se requieren para evitar caer como víctima. Parece ser que tampoco le importa, pues su juventud le ayuda a pensar positivo y no cree en enfermarse de coronavirus.
Permanece poco tiempo en los domicilios, extrae 20 mililitros de sangre y se va rumbo a su vehículo, el cual, no es especializado.
Los resultados correspondientes salen al día siguiente y son enviados vía WhatsApp, la gran mayoría con un panorama oscuro, según relató.