No fue una, ni fueron 10, fueron 14 mil mujeres potosinas de todas las edades las que se salieron a marchar este 8 de marzo, para exigir una vez más un alto total a la violencia, a los feminicidios, a las desapariciones, al acoso, a la discriminación y a cualquier otro acto de injusticia que día con día viven todas.

Antes de las 4:00 de la tarde, diversos colectivos y grupos de mujeres comenzaron a concentrarse en el jardín del barrio de Tlaxcala, y para las 5:00, hora en que inició el recorrido, la marea verde y morada inundaba el Eje Vial Ponciano Arriaga.

Como cada año, encabezaron la movilización las familias víctimas de feminicidio y mujeres ciclistas con bicicletas, seguidas de las madres cuidadoras e infancias, mujeres con discapacidad, mujeres adultas mayores, familias y defensoras de mujeres privadas de la libertad, y por último el resto de los contingentes y mujeres que participaron de forma independiente.

Al llegar a la Fiscalía General del Estado, familiares de mujeres desparecidas y víctimas de feminicidio hicieron uso de la voz para recordarles a las autoridades que todavía no se ha hecho justicia por Odalys, Nataly, Alejandra, Karla, Lupita, Samantha, Chuyita, Fernanda y Abigail; y que todavía no se ha localizado a Dulce, Alma, Patricia, Tania, y muchas mujeres más que están siendo buscadas.

Por primera vez la marcha incluyó en su recorrido el Palacio Municipal; de ahí el contingente avanzó al Congreso del Estado, y frente al memorial para las mujeres víctimas de feminicidio, organizadoras del Comité de la Marcha por el 8M en San Luis Potosí dieron un mensaje en el que se destacó que “hoy, más que nunca, los feminismos son necesarios en la defensa de la vida y la libertad”.

También se dirigieron a todos los órdenes de gobierno y particularmente a las y los aspirantes y candidatos a cargos de elección popular en este proceso electoral local, para exigirles que atiendan y se comprometan con los derechos de las mujeres.

Propusieron una agenda que contempla: “promover y/o conceder el indulto y, con ello, la libertad a Sanjuana Maldonado, mujer encarcelada injustamente y que representa a las mujeres víctimas de la fallida guerra contra el crimen organizado. La despenalización y garantía del derecho al aborto voluntario. Garantía del derecho de las mujeres a una vida libre de violencia, a través de la atención emergente de la violencia feminicida, atención estructural al fenómeno criminal de la desaparición de mujeres y niñas, atención a la violencia de género y sus causas estructurales, atención específica a la violencia que viven mujeres cuyas trayectorias de vida son diversas, cómo las mujeres lesbianas”, entre otros aspectos.

El contingente avanzó y frente al Palacio de Gobierno del Estado continuaron el posicionamiento, ahí exigieron que “se garantice la Ley Monzón, la Ley Sabina, la Ley Malena, y cualquier legislación que garantice nuestro derecho a la vida sin violencia. Garantía del derecho a la salud mental de las mujeres. Que las potosinas podamos cuidar y maternar de forma libre y digna. Que las autoridades escolares de nivel básico, medio y superior garanticen a las alumnas espacios libres de violencia. Garantía de los derechos y saberes de las mujeres indígenas y campesinas. Garantía del derecho al empleo digno de todas las mujeres, y particularmente de las trabajadoras del hogar. Mejorar la calidad de vida de las mujeres adultas mayores. Garantía de protección integral y trabajo digno a las mujeres periodistas y defensoras de derechos humanos”, etc.

La marcha cerró en la Plaza de Los Fundadores y frente al Edificio Central de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí; ahí se vivió una gran fiesta donde el baile, la música, los cantos y el humo de colores contagiaron a las asistentes de un ambiente emotivo, demostrando que la lucha de las mujeres no es y no será en vano.