Ser mujer en la actualidad es dificultoso, es enfrentarse a una gran cantidad de adversidades sociales, culturales y económicas todos los días, sin embargo, ¿qué pasa con aquellas que sufren el claustro de encontrase privadas de la libertad por un delito, qué opciones de reinserción tienen, qué motivantes pueden encontrar detrás de las cuatro paredes que las rodean, qué hay detrás de la hipercriminalización y el abandono que ellas sufren en la entera soledad cumpliendo su condena?
Para ello la comunicadora, maestra, activista feminista y luchadora de los derechos humanos de las mujeres, Marcela García Vázquez, compartió en exclusiva para El Sol de San Luis qué hay detrás de todas estas interrogantes, pero sobre todo habló acerca de los procesos de involucramiento que ha ido entretejiendo dentro de este sector femenino y Nueva Luna AC, donde buscan otorgar las herramientas necesarias a estas mujeres para salir adelante, sobrevivir a su historia de vida y lo más importante reencontrase a ellas mismas.
Descubrirse de cerca con el trabajo social y arduo dentro de comunidades marginadas, fue para Marcela un aliciente para construir el proyecto de Nueva Luna AC, “Estar en contacto con las bases sociales de las comunidades, sus necesidades, pero fundamentalmente a mi siempre me ha llamado la atención el tema de las problemáticas que aquejan a las mujeres, al estudiar mi maestría en Salúd Pública y fui asentando todas esas inquietudes”.
“Nueva Luna nace como organización en el año de 1997, es una “hija” de un colectivo llamado “Mujer, Igualdad y Lucha”, presidido por grandes mujeres. Después nace en mí esta inquietud con el apoyo de grandes compañeras, donde se empezó a pensar en la necesidad de crear una organización que le dieran voz a las mujeres”.
El incremento de la violencia, sus formas y cómo ésta, se ha ido enramando en la sociedad, fue el punto de partida para hacer crecer las acciones dentro de esta organización, “Pienso que el feminismo aquí fue fundamental, no sólo para mí, sino también para que las mujeres privadas de la libertad supieran que tienen el poder y la posibilidad de construir una nueva vida, su felicidad y destino”.
Un comienzo que se tornó esperanzador desde su primer encuentro, con esta otredad, muchas de las veces marginada y enteramente olvidada, “Las mujeres que estamos en libertad no nos damos cuenta, que la libertad es algo utópico, y aunque nos encontremos afuera de este claustro seguimos respondiendo a toda una forma de pensamiento cruel y patriarcal. Por ello siempre es importante pensar cuando se inicia un proyecto de esta magnitud, a quienes se va a beneficiar. Inmediatamente pensé en iniciar un proyecto con mujeres privadas de la libertad, lo aceptaron, me abrieron los caminos en la penitenciaria, y en un inicio me enfrenté a un grupo de 25 mujeres en total en este programa, nerviosa, dudosa por el estigma que se tiene de las mujeres que se encuentran en estos sitios”.
“La gente piensa que se va enfrentar a las peores delincuentas del mundo y se equivocan. Mi primer encuentro con ellas fue muy bonito y claro, lleno de tristeza, por el abandono que padecen, pero eso sí, mujeres con muchisisímas ganas de expresarse. Nos reconocimos, comprendí y entendí que a veces aunque ellas se encuentren ahí, una puede o pudo haber tenido experiencias de vida similares”.
Taller de letras, Escritura Carcelaria
En un espacio que nunca se había abierto para que mujeres privadas de la libertad se atrevieran a expresarse y conocerse de manera creativa, el mundo de las letras, Marcela y Nueva Luna AC, fueron para ellas un cambio en la pequeña percepción que tenían sobre su vida y ellas mismas, “Las mujeres necesitan libertad, una que no está limitada por los muros que las rodean, la libertad es espiritual. Creamos un espacio donde ellas se atrevieran a hablar, con sus propias palabras, sin tener que quedar bien con alguien, sin la necesidad de utilizar un lenguaje muy construido o docto, sino desde él -vamos a hablar desde, quiénes somos y vamos a escribir todo lo que queramos escribir-”.
Confianza y esperanza es lo que rodea estos talleres, en palabras de Marcela, quien además agregó que, “En estos cursos ellas tienen el poder de reconstruir su historia, para descubriste en sus lados buenos y negativos. Se han escrito cerca de 20 historias, de mujeres que han delinquido. Hay infanticidas, homicidas, mujeres que por su historia violenta de vida se encuentran ahí encerradas, descuidos que les han cobrado una factura muy cara. La sociedad a veces suele ser indolente hacia ellas, sufren un linchamiento como ningún otro ser humano”.
El resultado, publicar estas narrativas carcelarias en tres tomos por Documentación y Estudios de Mujeres A.C., DEMAC, que llevan por nombre Escritura Carcelaria, donde la mayoría de las mujeres en situación de reclusión comparten su historia autobiográfica. Después de estos gratos resultados, Marcela García decide constituir la organización de manera jurídica, la cual constituye en el año 2007, para dar inicio a una asociación que conjuntaría diversas labores sociales en favor a este sector femenino.
La ampliación de programas, tejiendo otros horizontes
Nueva Luna A.C. al ser constituida, amplía sus posibilidades de ayuda, y para ello fue necesario el apoyo de mujeres construidas desde el feminismo, con trayectoria en el ámbito de la lucha social, profesionistas con buenos perfiles y con una gran voluntad de participación como Jessica Rangel, Arely Torres, Xóchil Gallegos y Lulú Alemán, por mencionar algunas, las cuales se integraron, y se construyó un equipo grande para trabajar dentro de la penitenciaria a favor de las mujeres en reclusión.
“Se tuvo la oportunidad de seguir continuando con el taller de escritura, pero ya con un enfoque en los Derechos Humanos, donde las mujeres no nada más fueran a escribir, sino que entendieran sobre sus derechos, teorías, y sobre todo lograr una amplia reflexión en ellas acerca de sus vivencias desde la perspectiva de género, es un foda personal que les dice -a partir de hoy quiero ser otra persona, o quiero dejar de ser quien era-”.
Hoy en día el programa que comprende Nueva Luna AC, no nada más está en la escritura creativa, sino también incluye un proyecto llamado “Programa Sororario para el Desarrolo y Habilidades en la vida de las Mujeres dentro de la Prisión”. Aunado a ello este programa incluye toda la convencion de derechos humanos, basado en la La Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, CEDAW.
Contribuir en la dignificación de las mujeres. Como A.C., Marcela siempre ha buscado contribuir en la creación de un espacio donde se sumen acciones a favor de las mujeres, donde la organizacion Rise Up Together, la ha apoyado y formado dentro del activismo.
“Este proyecto me ayudó mucho porque me formó en gestión, cabildeo y en incidencia política, donde hasta el día de hoy y en conjunto con las autoridades encargadas de la penitenciaria, se ha logrado crear un nuevo modelo de reinserción, en el cual se incrementaron el número de talleres, estos avances han sido porque Nueva Luna, ha tomado la bandera para encauzarlas, ser un medio y un puente con la autoridad, porque las mujeres privadas de la libertad viven una doble y hasta triple discriminación”.
El objetivo de Nueva Luna A.C., es que ellas sean conscientes acerca de lo que es la criminalidad, la responsabilidades y consecuencias que tienen sus acciones, “Claro, estas características no son las mismas que padece un hombre en condición carcelaria, ellas sufren el abandono, la maternidad y la hipercriminalización de su persona. Nueva Luna, representa para ellas un ente que está presente, y nosotros les brindamos todo ese apoyo que ellas necesitan dentro de lo dispuesto en el marco legal de la constitución”.
De acuerdo a la ley, se debe consolidar un seguimiento en el proceso de reinserción social de las mujeres que estuvieron en condiciones de encarcelamiento, donde Marcela García señaló que “El tema de la reinserción es muy delicado, hay mujeres que tienen su historia, y por ello se tiene que ser cuidadosa con el tratamiento que se le va a dar, las compañeras que le dan seguimiento a los casos, ya tienen una trayectoria consolidada en este ámbito, el trabajo consiste en atención psicológica de las mujeres, ya que el aislamiento causa en ellas temores, dudas y de nuevo el encierro, pero sobre todo el resquemor que aún puede hacerse presente en su vida diaria”.
La mujer detrás del activismo
Conocer a Marcela García Vázquez, es advertirle al mundo de una mujer que le es fiel a la lucha en contra de la desigualdad social, es comprender que en ella existe un universo de historias de superación, es entender que ella es a través de la colectividad.
Reencontrase a ella misma fue fundamental para construir todo este soporte a favor de las mujeres más desamparadas. Arropar sus sueños, ambiciones y anhelos la convirtieron en la mujer que es en la actualidad, una activista fuerte y con gran ímpetu de lucha.
“Yo pienso que el feminismo fue fundamental en mi vida, me salvó la libertad y me permitió apropiarme de mi vida. Antes era una mujer muy sumisa, no sabía tomar decisiones, y a través de mis relaciones sociales me daba cuenta que esa mujer de antes no era yo. El feminismo me hablaba al oído y me decía que una mujer es dueña de sí misma, de sus acciones, de su cuerpo, y que tiene el poder y la posibilidad de construir su destino”, señaló Marcela.
Marcela es directa y manifiesta que una mujer que no tiene ambiciones y sueños, probablemente su visión de vida carecerá de valor, “Una tiene que ser congruente consigo misma, si una pugna por el avance de las mujeres, una debe de creer en si misma, para así ofrecerles a otras mujeres ese apoyo que necesitan”.
Marcela García Vázquez es una líder y activista reconocida, presidenta de la Asociación Civil Nueva Luna, licenciada en Ciencias de la Comunicación y Maestra en Salud Pública, pero sobre todo es esa mano amiga, para aquellas que buscan tener una nueva percepción de la vida.