Este Jueves 16 de Julio en el Templo de la Nuestra Señora del Carmen, del Centro Histórico de la Capital Potosina, se honrará a la hermosa Virgen del Monte Carmelo, con motivo de su Festividad, pero respetando –desde luego— obedeciendo las indicaciones que exige la Secretaría de Salud, como respetando la sana distancia; será obligatorio portar cubrebocas, desinfectarse el calzado sobre el tapete sanitizante, utilizar el gel antibacterial para desinfectar las manos, etc.
La imagen escultórica de fina talla ya fue arreglada con bellos arreglos florales en el Altar Mayor del Templo del Carmen, donde ya acuden sus fieles a rendirle veneración a la preciosa Virgen María en su advocación de Nuestra Señora del Carmen.
Las Misas que se celebrarán hoy Jueves 16 de Julio, día de la magna Festividad Mariana serán: 8:00, 10:00, 11:00 y 12:00 horas. Por la tarde se celebrará Misa de 5:00, 6:00 y 7:00 PM.
El Padre Superior de la Orden de los Carmelitas Descalzos, (OCD) Fray Luis Fernando Téllez Arredondo, indicó que es muy importante que los fieles obedezcan y respeten las exigencias sanitarias y de higiene que recomiendan las Autoridades de Salud, para poder celebrar a la Virgen, de otra forma no podrán acceder al templo, el cual sólo tendrá capacidad para 90 personas, debido a que el cupo es limitado por la sana distancia.
SOBRE EL ORIGEN DE LA VIRGEN DEL CARMEN
El Carmelo era sin duda, el monte donde numerosos profetas rindieron culto a Dios. Los principales fueron Elías y su discípulo Eliseo, pero existían también diferentes personas que se retiraban en las cuevas de la montaña para seguir una vida eremítica. Esta forma de oración, de penitencia y de austeridad fue continuada siglos más tarde, concretamente en el III y IV, por hombres cristianos que siguieron el modelo de Jesucristo y que de alguna forma tuvieron al mismo Elías como Patrón situándose en el valle llamado Wadi-es-Siah.
A mediados del siglo XII, un grupo de devotos de Tierra Santa procedentes de Occidente -algunos creen que venían de Italia-, decidieron instalarse en el mismo valle que sus antecesores y escogieron como patrona a la Virgen María. Allí construyeron la primera iglesia dedicada a Santa María del Monte Carmelo. Desde su monasterio no quisieron crear una nueva forma de culto mariano, ni tampoco, el título de la advocación, respondía a una imagen en especial.
Quisieron vivir bajo los aspectos marianos que salían reflejados en los textos evangélicos: maternidad divina, virginidad, inmaculada concepción y anunciación. Estos devotos que decidieron vivir en comunidad bajo la oración y la pobreza, fueron la cuna de la Orden de los Carmelitas, y su devoción a la Virgen permitió que naciera una nueva advocación: Nuestra Señora del Carmen.
SAN SIMÓN STOCK VIDENTE DE LA VIRGEN DEL CARMEN A QUIEN LE ENTREGÓ EL ESCAPULARIO
El escapulario del Carmen es un sacramental y signo externo de devoción mariana, que consiste en la consagración a la Santísima Virgen María por la inscripción en la Orden Carmelita, en la esperanza de su protección maternal.
A finales del siglo XII o principio del XIII nacía en el monte Carmelo, de Palestina, la Orden de los Carmelitas. Pronto se vieron obligados a emigrar a Occidente. En Europa, tampoco fueron muy bien recibidos por todos. Por ello el Superior General de la Orden, San Simón Stock, suplicaba con insistencia la ayuda de la Santísima Virgen.
En 1251, la Bienaventurada Virgen María, acompañada de una multitud de ángeles, se apareció a San Simón Stock, General de los Carmelitas, con el escapulario de la Orden en sus manos, y le dijo: "Tú y todos los Carmelitas tendréis el privilegio, que quien muera con él no padecerá el fuego eterno"; es decir, quien muera con el escapulario, se salvará.
Quien viste el escapulario debe procurar tener siempre presente a la Santísima Virgen y tratar de copiar sus virtudes, su vida y obrar como Ella, María, obró, según sus palabras: "He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra".
El escapulario del Carmen es un MEMORIAL de todas las virtudes de María. Reconozcan en este memorial de la Virgen un espejo de humildad y castidad.