En México la creciente evidencia científica y clínica pone de relieve que la salud bucal se asocia a la salud cardiovascular y más aún con la salud general, una boca sana es indispensable para que el resto del cuerpo esté sano y viceversa, algunas enfermedades pueden influir también negativamente en la salud de la cavidad oral.
Esto es lo que señala el médico estomatólogo Jhonatan Michaelis Ramos Ruíz, Odontólogo del Programa de Enfermedades Cardiometabólicas de los Servicios de Salud del Estado, quien recordó que las enfermedades cardiovasculares constituyen la principal causa de muerte en nuestro país.
Las personas que tienen una mala salud de sus encías tienen más riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular, sobre todo por la acumulación de grasas, colesterol y otras sustancias en las paredes de las arterias, lo que ocasiona un deterioro progresivo y una reducción del flujo sanguíneo, como la enfermedad coronaria; por lo que hoy en día se sabe que las enfermedades de la encía afectan a gran parte de la población, aseveró el especialista.
Existe una asociación en la frecuencia de las enfermedades cardiacas y de las enfermedades periodontales de manera epidemiológica clara, ya que la periodontitis es un factor de riesgo para desarrollar enfermedades cardiovasculares, las personas entre 25 y 74 años de edad que presentan enfermedades en las encías tienen entre un 25 y un 50 por ciento más probabilidades de padecer enfermedades cardiovasculares, advirtió:
“Ambas enfermedades se caracterizan porque dan pocas señales de aviso y se ha demostrado que gran parte de la población desconoce que las está padeciendo. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS por sus siglas), refiere que la mayoría de las enfermedades y trastornos bucodentales comparten factores de riesgo modificables como: el consumo de tabaco, alcohol y las dietas ricas en azúcares, que son causantes de las cuatro principales enfermedades no transmisibles: enfermedades cardiovasculares, cáncer, enfermedades respiratorias crónicas y diabetes”.
Las enfermedades bucodentales y otras enfermedades no transmisibles pueden reducirse mediante acciones preventivas dirigidas a los factores de riesgo más comunes. La Organización Mundial de la Salud, OMS, ha estimado que la eliminación de los principales hábitos nocivos para la salud que contribuyen al desarrollo de enfermedades crónicas no transmisibles (fumar, inactividad física, sedentarismo y una mala alimentación) podría reducir el riesgo de enfermedades cardíacas, cerebrovasculares y de diabetes mellitus tipo 2 en un 80 por ciento.
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