En la arquitectónica Catedral metropolitana potosina se celebrará la magna solemnidad del Corpus Christi, es decir, el día especial en que se adora el Cuerpo, la Sangre y la Divinidad de Jesucristo en la Hostia Consagrada. Día de precepto en el que la Iglesia Católica pide asistir a Misa a todo católico creyente en la Eucaristía.
En la Catedral Metropolitana Potosina a las 17:00 horas, se llevará a cabo la solemne celebración Eucarística, la cual será presidida por el Arzobispo de San Luis Potosí, Mons. Carlos Cabrero Romero, quien acompañado del Cabildo Catedralicio y de otros Sacerdotes, adorará a Jesús Sacramentado, el cual no podrá salir en peregrinación por segundo año consecutivo debido a la pandemia que aún se vive.
Lamentablemente aún no se podrá llevar a cabo la adoración con el Santísimo por toda la Calzada de Guadalupe, hasta llegar al atrio de la Basílica-Santuario de Guadalupe, sólo se hará la adoración dentro de la Catedral (por las naves laterales).
Mons. Cabrero Romero hace la cordial invitación a revalorar el gran regalo de la Eucaristía y a adorar a Dios en Su Cuerpo, Su Sangre y Su Divinidad, acercándonos con un corazón limpio, contrito, amoroso, convertido, con un amor puro, cristalino, transparente para que El Dueño de nuestro existir, sea quien impere en nuestra vida, alejándonos de todo odio, rencor, venganza, egoísmo, maldad, división, de toda maldad y de todo tipo de pecado, sea venial, sea mortal.
“Entreguemos nuestra vida a Dios y que sea Jesús Sacramentado el Dueño de nuestra vida y de nuestro corazón, en este día grandioso y solemne en que se podrá ganar el Don de la Indulgencia Plenaria a quien acuda en estado de gracia, es decir, Confesado Sacramentalmente, esté verdaderamente arrepentido de haber pecado y ofendido a Dios, prometa apartarse de todo tipo de pecado, y participe en la Misa completa con profunda devoción y desde luego, que se comulgue sacramentalmente”.
SOBRE LA SOLEMNIDAD DEL CUERPO Y LA SANGRE DE CRISTO
Corpus Christi (“Cuerpo de Cristo”) o Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, antes llamada Corpus Domini (“Cuerpo del Señor”), es una fiesta de la Iglesia Católica destinada a celebrar la Eucaristía. Su principal finalidad es proclamar y aumentar la fe de los creyentes en la presencia real de Jesucristo en el Santísimo Sacramento, dándole públicamente el culto de adoración (latría) el jueves posterior a la solemnidad de la Santísima Trinidad, que a su vez tiene lugar el domingo siguiente a Pentecostés (es decir, el Corpus Christi se celebra 60 días después del Domingo de Resurrección).
La fiesta surgió en la Edad Media, cuando en 1208 la religiosa Juliana de Cornillon promueve la idea de celebrar una festividad en honor al Cuerpo y la Sangre de Cristo presente en la Eucaristía. Así, se celebra por primera vez en 1246 en la diócesis de Lieja (Bélgica).
En el año 1263, mientras un sacerdote celebraba la Misa en la Iglesia de la localidad de Bolsena (Italia), al romper la Hostia consagrada brotó sangre, según la tradición. Este hecho, muy difundido y celebrado, dio un impulso definitivo al establecimiento como fiesta litúrgica del Corpus Christi. Fue instituida el 8 de septiembre de 1264 por el Papa Urbano IV, mediante la bula Transiturus de hoc mundo.
Las celebraciones del Corpus suelen incluir una procesión solemne en la que la Hostia Consagrada se exhibe en una custodia.