- Fuimos creados para realizar nuestra vida en el Amor del Dios Trino y Uno: Mons. Cavazos Arizpe
- La fuerza que debe mover al mundo es el amor, dijo el jerarca católico
Con desbordante fervor se celebró la magna festividad en la Parroquia de la Divina Providencia, donde el Arzobispo de San Luis Potosí, Monseñor Jorge Alberto Cavazos Arizpe, presidió la solemne concelebración Eucarística, acompañado del Presbítero José Luis Guzmán Pérez, Párroco de este hermoso recinto dedicado al Dios Trino y Uno, ubicado en la avenida V. Carranza, colonia del Valle de la capital potosina.
El jerarca católico en su sabia homilía, indicó: “Fuimos creados para realizar nuestra vida en el amor, porque la fuerza que debe mover al mundo es el amor, que nos impulsa a tener metas muy precisas y a buscar siempre el bien verdadero del ser amado, y es precisamente Dios, Quien nos proporciona ese amor a través de Su Providencia Divina, a la que debemos invocar todos los días implorando su bendición, su ayuda, su fortaleza, su sabiduría y prudencia para actuar siempre con amor”.
La solemnidad de la Divina Providencia se celebró en un ambiente grato,bjubiloso y armonioso, por lo que las familias y fieles laicos comprometidos, encabezados por su Párroco, el Presbítero José Luis Guzmán Pérez, se unieron con evidente gozo espiritual para celebrar la Fiesta Patronal con un Triduo de Misas, Horas Santas, conferencias impartidas por el Presbítero José de Jesús López Castillo, un emotivo concierto, danzas autóctonas, entre otras actividades religiosas y culturales, para cerrar jubilosamente con la Eucaristía solemne presidida por el Arzobispo de SLP, a quien recibieron con gran alegría y entusiasmo, tanto fieles que pertenecen a esta parroquia, como fieles de otras parroquias, que integran el Decanato San Luis Rey.
“No dejemos de suplicar al Dios Trino y Uno que es sumo bien e infinito amor hacia cada uno de nosotros, que nos proteja de todo mal como sus creaturas predilectas que somos de Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo, y que nos fortalezca para nunca separarnos de Su amor, pues Él nos genera esa gran fuerza que nos da Su amor, pero no un amor romántico, sólo de simple palabra y superficial, sino un amor auténtico, de firme y real compromiso, que nos inspire e impulse a la entrega por el ser amado”.
“En la Divina Providencia tenemos la certeza de que Dios nos ama con todo su ser, y le pide a su creatura predilecta: el ser humano, que conquiste la alegría eterna a la que nos ha llamado a participar, a través del amor eficaz que cada uno de nosotros reflejemos a través de nuestros actos, pensamientos, palabras, actitudes y forma de vida”.
“Es muy importante esta solemnidad de la Divina Providencia, porque a través de este gran Misterio, nos sentimos redimidos, constatamos el amor misericordioso de Dios en plenitud, porque Él nos ha creado capaces de convivir, compartir, amar, ayudar, y crear metas juntos en el amor, ya bien lo dijo el Papa Francisco: “La única revolución que necesita le mundo es la ternura divina del amor de Dios”, pero --no amor romántico—, dijo el Pastor católico, sino el amor auténtico, limpio, puro, virginal, transparente, verdadero, ese amor que nos hace ser cada día mejores, que nos hace esforzarnos por servir al prójimo, sobre todo a los más necesitados, ese amor que nos hace dejar a un lado nuestras comodidades y egoísmos, para cumplir con la misión que Dios nos ha dado”.
“Que el amor sea nuestra luz y nuestra paz; busca a Dios como Padre Providente para que nos haga vivir en familia, como ciudadanos y cristianos con amor real; nunca perdamos la esperanza cristiana para vivir en el amor, Él abre sus brazos para darnos todo su amor providente. Disfruta el gozo de Su amor al reconocerlo como Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo”.