Sin mayores contratiempos pero con un mal ejemplo en cuanto a disciplina, personal del sector educativo acudió este miércoles a la vacunación contra Covid-19 en la Universidad Politécnica, ubicada en la zona sur de la ciudad.
Pese a los innumerables llamados por parte de autoridades estatales para no hacer filas por la madrugada, el personal educativo que suele inculcar la disciplina en los estudiantes, desobedeció y comenzó a hacer fila desde las 4 de la madrugada, según refirió un vigilante de la institución educativa.
Este macrocentro de vacunación estuvo concurrido y presentó una fila que daba la vuelta de Coronel Romero hacia la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) y más allá, sin embargo tenía movimiento constante.
A decir de algunas personas consultadas, la espera en la fila era de al menos hora y media, y dentro de las instalaciones se tenía una hora más de espera, entre la aplicación de la vacuna y la media hora en vigilancia para descartar alguna reacción.
Un hombre sin identificación visible fue el encargado de dar instrucciones una y otra vez a los asistentes, a quienes pedía tener a la mano CURP y credencial de elector, ubicarse en las marcas que hay sobre el piso para mantener la sana distancia (que se rompía constantemente), que sólo se vacunaría a quienes su apellido iniciara con las letras de la F a la L, y quienes debieron acudir el martes y no lo hicieron, debían esperar hasta el viernes.
Poco antes de las 10 de la mañana se pudo observar en la fila a la directora del DIF Estatal, Cecilia González Gordoa, quien hizo fila entre el resto del personal educativo, sin influyentismo como solicitó el Presidente de la República. Durante su espera en la fila se mantuvo en una llamada telefónica que impidió tomar sus impresiones de la campaña de vacunación.
Cerca del acceso a la universidad se apreciaron al menos dos vendedores de implementos para la contingencia, como cubrebocas y caretas, así como otro de alimentos.