- Afirman que, "nos ha hecho muchos milagros, hace años me realizaron un trasplante de riñón, le pedimos por mi cuidado y mi salud. Hoy estoy vivo y con mi familia”
El fervor hacia las advocaciones marianas se hace presente en los muros urbanos y calles que reflejan la virtuosidad de artistas devotos y familias que, convierten en altares estos espacios en honor a la Virgen de Guadalupe, muchos de ellos, ubicados en el centro y alrededores del municipio de Soledad de Graciano Sánchez.
Infinidad de trazos y pintorescos estilos plasman a su “Lupita” querida, pues su amor y veneración a “Nuestra Señora de Guadalupe” es tan inmenso que, las paredes de algunos hogares de los residentes más longevos de este lugar, se engalanan con la figura de esta imagen religiosa.
La familia conformada por Gabriela Olguín (Madre), José Emilio Lucio (padre) y Gabriela Guadalupe Lucio Olguín (hija), han llevado su devoción infinita por la Virgen de Guadalupe a la fachada de su hogar, para que sea engalanada con uno de los murales más vistosos y distintivos en honor a esta advocación.
“Desde pequeños hemos venerado a la Virgen de Guadalupe. Desde entonces adoramos su imagen en varios rincones del municipio, anteriormente y por mucho tiempo visitamos el altar ubicado en la calle Blas Escontría. Pero a partir del año 2013 nuestros vecinos de la privada decidieron que aquí se elaborara otro mural de la Santísima Virgen de Guadalupe. Es por ello que desde hace 7 años, todos los residentes cercanos y visitantes, vienen a las afueras de nuestro hogar unas 500 personas cada 12 de Diciembre a festejarla y honrarla”, señalaron.
El cielo y una hermosa mañana, son testigos de un destello inmenso que resplandece a lo lejos, es el que manifiesta que en 1a Privada la Libertad No. 107-A se encuentra la esplendorosa imagen de la “Guadalupana”. Omnipresente, ataviada con su manto estrellado y una mirada afable; frente a ella una figura de San Juan Diego, hincado ante su presencia, envuelve de misticidad y religiosidad este altar, que para muchos es sitio de consuelo y esperanza.
Esta imagen de estilo “naif”, fue bosquejada y elaborada por el artista Marcos Ortíz, amigo cercano de la familia Lucio Olguín. En ella, también se percibe la Bandera de México, elemento que hace referencia al vínculo profundo que tiene esta advocación con la cultura mexicana y los pueblos originarios. Del otro lado San Judas Tadeo, a quien cientos de residentes Soledenses rinden culto por la benignidad que esta imagen representa.
Polvo de escarcha o diamantina inundan cada rincón del mural. Su reflejo resplandece y según la intensidad de los rayos del sol, pareciera que esta imagen posee luz propia. Detalle que es repintado y restaurado año con año por Agustín Lucio, quien durante 20 días de complejo trabajo, repara los daños que el tiempo haya ocasionado a la obra mural de Marcos Ortíz.
“Cada año antes del festejo que se lleva a cabo tradicionalmente el 12 de Diciembre, se realizan las restauraciones del mural, pues las inclemencias del tiempo hacen de las suyas en la pared. Se vuelve a pintar la base del mural o los bloques de color, nada se modifica. Ya después poco a poco se le incorpora la diamantina según el color que necesite. Es un trabajo que se hace con tres semanas de anticipación”, indicó Agustín.
Su composición, el estilo, antigüedad, pero sobre todo el ingenio con el material con el que está elaborado y que al mismo tiempo, éste, a lo lejos simula un efecto espejo, le ha valido a esta devota familia que esta obra comunitaria haya sido premiada en tres ocasiones por El Ayuntamiento de Soledad a través del departamento de Respuesta Ciudadana.
“Para nosotros es una satisfacción enorme que este mural sea reconocido por todos. Que su belleza inocente y la enorme devoción que demostramos los residentes, se premie. Es un logro para todos, como para quien lo diseñó y para nosotros que brindamos el espacio para que el mural fuera posible. Es una bendición que hayan escogido nuestro hogar para poner este altar mural y que la gente se acerque todos los días a dar gracias, y a venerar a la Virgen de Guadalupe”.
Lamentablemente este año debido a la pandemia por Covid-19, los festejos para la Virgen de Guadalupe tendrán que esperar. Las filas largas de fieles guadalupanos no se verán a las afueras del hogar de la familia Lucio Olguín. Sin embargo, recuerdan que la fe vive en ellos y en sus acciones, pero sobre todo se saben milagro vivo de advocación.
Imagen Santa que en infinidad de ocasiones les ha ayudado a salir adelante. "Nos ha hecho muchos milagros. Yo soy el ejemplo de ello, hace años me realizaron un trasplante de riñón, le pedimos por mi cuidado y mi salud. Hoy estoy vivo, con mi familia y sin ningún problema, todo se lo debo a la Santísima Virgen de Guadalupe", refirió Emilio.
El amor y el fervor hacia la “Guadalupana” continúa presente en las calles de Soledad, y la familia Lucio Olguín es ejemplo de ello. Ahora los rosarios se escuchan a lo lejos, los devotos se asoman a ver el altar y se quedan breves instantes tocando la imagen de su Santísima Madre para agradecer su bondad.
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