Lo principal es la comunicación, para este regreso a clase

En las escuelas privadas ya contaban con plataformas; en las públicas las tecnologías disponibles nos ayudan: Adir Jorge Ramírez

Alejandra Ruiz | El Sol de San Luis

  · martes 25 de agosto de 2020

Alejandra Ruiz | El Sol de San Luis

Este inicio de ciclo escolar 2020-2021 para el maestro de Historia a nivel Secundaria, Adir Jorge J. Ramírez Hernández de 33 años edad, le ha implicado un gran reto, pero sobre todo una experiencia repleta de enseñanzas.

Este docente con nueve años de experiencia, en escuelas privadas y secundarias públicas de la entidad potosina, y que actualmente labora en la Secundaria Jaime Torres Bodet y Juan Miranda Uresti en el turno vespertino; ambas pertenecientes a la mancha urbana de la capital, comparte para El Sol de San Luis cómo ha sido su trabajo organizativo entre la docencia, el sistema educativo y las clases a distancia.

Alejandra Ruiz | El Sol de San Luis

“Me atrevería a decir que se ha requerido implementar diversos modelos de comunicación, por un lado están las escuelas públicas y por otro se encuentran las escuelas privadas. En las públicas los maestros tuvimos que apoyarnos de las tecnologías disponibles para comunicarnos con los alumnos, primero para poder contactarlos ya que la cuarentena nos tomó por sorpresa a todos. Y después para establecer canales de comunicación ya sea por plataformas gratuitas como google classrom, o por grupos de WhatsApp; donde los maestros publicaremos actividades con relación a los aprendizajes clave una vez a la semana”.

“Y por otro lado se encuentran las escuelas privadas; donde se desarrolló una comunicación gracias a las plataformas de internet con las que contaban. En ellas también se encargaban proyectos semanales con relación a los aprendizajes clave”.

De igual forma menciona este impetuoso docente que en ambos sistemas también se hizo uso de una aplicación gratuita llamada zoom, en la cual se pueden establecer videoconferencias con alumnos, maestros y padres de familia.

Alejandra Ruiz | El Sol de San Luis

A primera hora el maestro Adir estaba listo para comenzar sus clases. Se vistió formalmente como lo haría en cualquier clase presencial, acercó su material de trabajo y comenzó su rutina de enseñanza.

“Todos los días por la mañana me conecto por una nueva aplicación llamada Microsoft Teams en la cual imparto clases virtuales de 50 minutos con 6 grupos de alumnos. Y después a medio día, trabajo con la plataforma en una escuela privada donde también doy clases, donde los alumnos resuelven guías de trabajo. En esta plataforma resuelvo dudas sobre los temas”.

“En la tarde trabajo en las escuelas públicas con un total de 7 grupos, en una nos comunicamos con los alumnos mediante google classrom y en la otra nos comunicamos mediante grupos de WhatsApp en ambas los alumnos me mandan actividades. Las cuales tengo que revisar y mandar sugerencias y responder dudas que puedan tener sobre el tema”.

Y es que enseñar para aprender y aprender para enseñar no es fácil, mucho menos a distancia, por ello este maestro de gran vocación se prepara para hacer frente a cualquier adversidad, pero sobre todo para estar presente en la vida de sus alumnos.

“En un principio creo que me tomó por sorpresa, ya que el cambio de clases presenciales, a clases a distancia fue de un día para otro. En el mes de marzo no pensábamos que se iba a largar tanto la cuarentena. Al pasar de los días tuve que actualizarme en el manejo de tecnologías. Pasamos de una aplicación a otra. Y aunque fue un poco estresante la experiencia ha sido súper enriquecedora”.

Y si bien el tema de la educación se encuentra dividida, entre a quien le corresponde la mayor parte de responsabilidad para que los alumnos reciban una clase de calidad, en la entidad existen maestro como Adir quienes con semanas de anticipación se prepararon para esta temporada de clases en aulas virtuales, disponiendo no sólo su conocimiento si no hasta su día entero en planeaciones eficaces para que el estudiantado refleje los aprendido en las clases a distancia.

“Las clases por lo general las preparo durante el domingo. Ese día tengo que checar la planeación y ver cuáles son los temas que tengo que abordar con el grupo en la semana. Por lo general me gusta hacer anotaciones en una o dos hojas de máquina sobre el tema. Durante la clase les voy explicando el tema y a veces aplicamos dinámicas para captar la atención del grupo”

“El ciclo pasado en un principio estábamos trabajando únicamente por proyectos semanales por materia. Pero en el transcurso, nos dimos cuenta que eso no era la solución. Por lo que iniciamos con clases virtuales y reducimos el número de actividades teniendo una mejor respuesta por parte de los alumnos y padres de familia”.

“Ahora en este ciclo escolar se nos presenta otra forma de enseñanza a partir de programas de televisión llamados “Aprende en Casa”. Sin embargo, creemos que necesitamos una comunicación constante con los alumnos y estar con ellos de manera virtual en el proceso de enseñanza aprendizaje”.

“Por el momento mi salón de clases se encuentra en la sala de mi casa, por lo que tengo que maniobrar entre papeles, libros, platos y vasos. Sin embargo me siento muy cómodo trabajando desde mi hogar ya que puedo alternar las labores de aquí, con la docencia”

Por último Adir hizo hincapié en que no todas las formas de enseñanza a distancia, son factibles para algunos de sus alumnos, pues las carencias, la falta de accesibilidad a internet y las precariedades económicas han sido un golpe fuerte para algunos de esos estudiantes, “Me ha tocado hablar con padres de familia que están muy molestos por la situación de la escuela a distancia y que me reclaman que no pueden dejar a sus hijos solos, porque ellos trabajan, o algunos que consideran que es demasiada tarea y actividades. Pero uno trata de explicarles la situación y a veces simplemente basta con platicar para tranquilizarse. También Muchos de ellos carecen de acceso a internet y se les dificulta el uso de las plataformas”.

Sin duda un ciclo escolar que para muchos maestros significará no solo ser la guía de cientos de alumnos, sino un soporte constante también para familias enteras, que con miedo y algo de desconocimiento tendrán que hacer frente a esta nueva modalidad de educación en medio de una pandemia.

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