/ viernes 23 de octubre de 2020

(Galería) Llegaron las calaveritas, ¡para todos los gustos!

Dulces de muerto, exquisitos, los hay de chocolate, de amaranto, de azúcar e incluso de yeso para llevar un recuerdito

Color, folklor y la cultura ancestral mexicana, ya deslumbran los pasillos de los mercados populares de la ciudad, que con sorprendentes decoraciones ya anuncian una de las festividades más identitarias y magistrales del país, el Día de Muertos.

Papel picado, dulces de muerto, catrinas y pequeñas ofrendas enmarcan el negocio de Concepción Rodríguez y Daniela Morales, madre e hija, quienes durante más de 12 años, han sido locatarias del icónico Mercado República, y que como siempre, cada temporada se preparan para vender la tradicional "calaverita".

La calaverita de chocolate es tradicional y tan delicioso y fácil de preparar que vas a conquistar el paladar de toda la familia / Juanita Olivo

“Nosotros vendemos por temporada desde hace más de una década, en los meses de octubre y principios de noviembre, nos toca ofertar dulces de muerto. Así le llamamos a la gran variedad de confites y calaveras que disponemos en el local. Cada una de ellas se prepara de diversas formas, tienen diferentes ingredientes y hay para todos los gustos y usos”.

Alrededor de Concepción y Daniela hay calaveritas de todos los tipos, de chocolate, de amaranto, de azúcar e incluso de yeso para llevar un recuerdito. Cada pieza distintiva de su local es distribuida entre los mismos locatarios del mercado y alguna que otra elaborada con sus propias manos.

El camote es uno de los dulces que nació en la época colonial, cuando se empezaron a introducir técnicas culinarias traidas por los españoles a la Nueva España, como la fruta cristalizada / Juanita Olivo

“Hay productos que una misma hace, nada más compramos la materia prima y con eso empezamos. Otra tanta nos la traen dependiendo de lo que esté buscando la clientela. Lo que nosotros elaboramos son las guías de flores, diademas, los altares miniatura, y alguno que otro dulce”, recalcaron.

Y es que la creatividad para comercializar este tipo de trabajo tiene que ser inmensa, puesto que año con año la demanda de la clientela se vuelve más exigente. Sin embargo, Daniela insiste que debido a esto la factura y calidad de los artículos ha decrecido considerablemente.

Las cocadas son un dulce tradicional que debe faltar nunca en las ofrendas del Día de muertos / Juanita Olivo

“Ya muchos de los productos que vendemos no se elaboran como en años anteriores. Por ejemplo, las calaveritas de azúcar ya no vienen con el nombre de las personas, ni la decoración tan detallada. También ya es muy poca la gente que hace y vende calaveritas de barro, las catrinitas ya no son de papel, ahora son de plástico. Por eso mismo el papel picado preferimos hacerlo aquí”.

Y es Concepción quien con diversos cortadores previamente afilados, le va dando las formas e imágenes tradicionales al papel que adornará los altares de muertos de cientos de hogares potosinos, siendo este producto unos de sus favoritos para vender.

Los dulces tradicionales nunca deben faltar en tu altar / Juanita Olivo

También las figuritas de jamoncillo -como se les conoce-, ya son un producto típico de comercializar en este tipo de negocios. Estos dulces según refiere Daniela están realizados a partir de las pepitas o semillas de calabaza. Su textura es tersa y prácticamente son unos dulces que se disuelven al primer bocado.

Las formas emulan verduras, frutas e incluso bebidas, y comúnmente son utilizadas en los altares, para simular la comida que le gustaba al ahora difunto.

También entre sus mesas se encuentran ataúdes, ángeles y animalitos de azúcar, uno que otro dulce de leche y fruta cristalizada.

Juanita Olivo | El Sol de San Luis

De igual manera, comerciantes han ido agregando un poco de la cultura norteamericana y su distintiva celebración de “Noche de Brujas”, donde narices largas, tarántulas, telarañas y máscaras se encuentran mercadeadas en alguno de los rincones de su locales.

Los precios varían, entre calaveritas de dulce las hay desde los 5 pesos, hasta la más elaborada de 25 o 30 pesos. Las catrinas plásticas tienen un costo de 25 pesos y las ya singulares calaveritas de yeso tienen un costo de 35 pesos.

Las calaveritas de azúcar son una tradición antigua que todavía celebramos y degustamos / Juanita Olivo

En los dulces los precios son igual de diversos y accesibles.

Actualmente los visitantes que se atreven a ir del mercado optan por comprar calaveritas pequeñas de azúcar, de chocolate, papel picado y uno que otro dulce artesanal.

No obstante, los comerciantes han tenido una grave repercusión económica debido a la crisis pandémica. Ha mermado la clientela, se visita poco el mercado y es casi nula la gente que acude hoy día por su tradicional surtido de dulces.

“La baja en ventas en esta temporada de celebración previo a la llegada del Día de Muertos, ha sido considerable. Todo esto debido a la crisis sanitaria. Estuvieron cerrando las entradas del mercado y ahora es muy poca la gente que viene, y si llegan se van temprano, queremos que sepan que aquí estaremos atendiendo hasta en la noche”.

Pero a pesar de ello, estas entusiastas comerciantes continúan preservando con su trabajo, una de las tradiciones más importantes del pueblo mexicano. Su mercancía sin duda es una ofrenda diaria a su trabajo y aquellos seres que ahora se encuentran en su recorrido eterno por el Mictlán.





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La calaverita de chocolate es tradicional y tan delicioso y fácil de preparar que vas a conquistar el paladar de toda la familia / Juanita Olivo

“Nosotros vendemos por temporada desde hace más de una década, en los meses de octubre y principios de noviembre, nos toca ofertar dulces de muerto. Así le llamamos a la gran variedad de confites y calaveras que disponemos en el local. Cada una de ellas se prepara de diversas formas, tienen diferentes ingredientes y hay para todos los gustos y usos”.

Alrededor de Concepción y Daniela hay calaveritas de todos los tipos, de chocolate, de amaranto, de azúcar e incluso de yeso para llevar un recuerdito. Cada pieza distintiva de su local es distribuida entre los mismos locatarios del mercado y alguna que otra elaborada con sus propias manos.

El camote es uno de los dulces que nació en la época colonial, cuando se empezaron a introducir técnicas culinarias traidas por los españoles a la Nueva España, como la fruta cristalizada / Juanita Olivo

“Hay productos que una misma hace, nada más compramos la materia prima y con eso empezamos. Otra tanta nos la traen dependiendo de lo que esté buscando la clientela. Lo que nosotros elaboramos son las guías de flores, diademas, los altares miniatura, y alguno que otro dulce”, recalcaron.

Y es que la creatividad para comercializar este tipo de trabajo tiene que ser inmensa, puesto que año con año la demanda de la clientela se vuelve más exigente. Sin embargo, Daniela insiste que debido a esto la factura y calidad de los artículos ha decrecido considerablemente.

Las cocadas son un dulce tradicional que debe faltar nunca en las ofrendas del Día de muertos / Juanita Olivo

“Ya muchos de los productos que vendemos no se elaboran como en años anteriores. Por ejemplo, las calaveritas de azúcar ya no vienen con el nombre de las personas, ni la decoración tan detallada. También ya es muy poca la gente que hace y vende calaveritas de barro, las catrinitas ya no son de papel, ahora son de plástico. Por eso mismo el papel picado preferimos hacerlo aquí”.

Y es Concepción quien con diversos cortadores previamente afilados, le va dando las formas e imágenes tradicionales al papel que adornará los altares de muertos de cientos de hogares potosinos, siendo este producto unos de sus favoritos para vender.

Los dulces tradicionales nunca deben faltar en tu altar / Juanita Olivo

También las figuritas de jamoncillo -como se les conoce-, ya son un producto típico de comercializar en este tipo de negocios. Estos dulces según refiere Daniela están realizados a partir de las pepitas o semillas de calabaza. Su textura es tersa y prácticamente son unos dulces que se disuelven al primer bocado.

Las formas emulan verduras, frutas e incluso bebidas, y comúnmente son utilizadas en los altares, para simular la comida que le gustaba al ahora difunto.

También entre sus mesas se encuentran ataúdes, ángeles y animalitos de azúcar, uno que otro dulce de leche y fruta cristalizada.

Juanita Olivo | El Sol de San Luis

De igual manera, comerciantes han ido agregando un poco de la cultura norteamericana y su distintiva celebración de “Noche de Brujas”, donde narices largas, tarántulas, telarañas y máscaras se encuentran mercadeadas en alguno de los rincones de su locales.

Los precios varían, entre calaveritas de dulce las hay desde los 5 pesos, hasta la más elaborada de 25 o 30 pesos. Las catrinas plásticas tienen un costo de 25 pesos y las ya singulares calaveritas de yeso tienen un costo de 35 pesos.

Las calaveritas de azúcar son una tradición antigua que todavía celebramos y degustamos / Juanita Olivo

En los dulces los precios son igual de diversos y accesibles.

Actualmente los visitantes que se atreven a ir del mercado optan por comprar calaveritas pequeñas de azúcar, de chocolate, papel picado y uno que otro dulce artesanal.

No obstante, los comerciantes han tenido una grave repercusión económica debido a la crisis pandémica. Ha mermado la clientela, se visita poco el mercado y es casi nula la gente que acude hoy día por su tradicional surtido de dulces.

“La baja en ventas en esta temporada de celebración previo a la llegada del Día de Muertos, ha sido considerable. Todo esto debido a la crisis sanitaria. Estuvieron cerrando las entradas del mercado y ahora es muy poca la gente que viene, y si llegan se van temprano, queremos que sepan que aquí estaremos atendiendo hasta en la noche”.

Pero a pesar de ello, estas entusiastas comerciantes continúan preservando con su trabajo, una de las tradiciones más importantes del pueblo mexicano. Su mercancía sin duda es una ofrenda diaria a su trabajo y aquellos seres que ahora se encuentran en su recorrido eterno por el Mictlán.





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