Llaves nuevas, peligro para “parejas fracturadas”

Los “peligrosos” más “grandes”, son los “matrimonios fracturados” que buscan cambiar las chapas de sus casas

Patricia Azuara

  · martes 22 de enero de 2019

La cerrajería: “la herencia” de Guillermo Alonso Sotelo, propietario de un negocio de este tipo, que lleva por nombre "Tangamanga" y que se ubicada en el mercado “La Merced” en el Centro Histórico de San Luis Potosí; hace 23 años, que realiza esta labor que viene de generaciones atrás. Los “peligrosos” más “grandes”, son los “matrimonios fracturados” que buscan cambiar las chapas de sus casas.

“Este oficio ya es de generación, mi papá era cerrajero, mi abuelo igual y mis hermanos y yo seguimos sus pasos”, inició la entrevista para El Sol de San Luis, Don Guillermo, quien aprendió el oficio “líricamente”.

Foto: Norma Rivera


Son expertos en llaves de casas y muebles, y en los días de mayor trabajo, llega a duplicar o elaborar hasta 30; con el paso de los años y la experiencia que ha forjado, cada pequeño artefacto “abre puertas”, lo elabora en un minuto.

Con una maquina duplicadora “manual”, un esmeril y un taladro, Don Guillermo comienza un día de labor, en el negocio que fundó hace poco más de dos décadas y en donde pasa la mayoría del tiempo, relató a este medio de comunicación.

“No tenemos un grado de riesgo muy elevado, lo que más ha cambiado en estos días son las llaves de coche, que en muchas ocasiones si debemos tomar cursos para saber hacerlas, pero eso se lo dejo a la gente joven, yo trabajo manualmente”.

Para protegerse de los delincuentes, sobre el robo de “ganzúas”, evitan trasladar las herramientas a la calle; “las herramientas que usamos el fabricante las vende, como le compramos el producto, también le compramos las de uso cotidiano, como las ganzúas, que no son más que llaves hoteleras, no son llaves maestras, eso es un mito”.

Ente risas relató, que lo “más peligrosos” a lo que se enfrenta, son los matrimonios o parejas que sufren una superación, y que acuden con un persona que se dedica a esta labor, para que les cambien las chapas.

“Llegan a pelearse y uno ahí en medio, pues yo les digo yo vengo a hacer mi trabajo, pero si es bochornoso, ver un matrimonio pelearse, mientras yo estoy cambiado las chapas o las llaves, pero fuera de ahí, sin ningún problema, no hay mayor riesgo”.