Aunque disminuyó la incidencia de niños lesionados por pirotecnia el año pasado, ahora hace falta trabajar con los padres de familia para evitar que compren estos artefactos, indicó Gerardo García Lozano, director de la Fundación Rino Q para Niños Quemados.
Explicó que si bien se cree que es hasta diciembre cuando comienzan a presentarse casos de personas quemadas o lesionadas por pirotecnia, en realidad esto inicia desde el 16 de septiembre, y destacó que los problemas con los fuegos artificiales no son precisamente por quemaduras, sino por las lesiones que provoca, sobre todo amputaciones de dedos, manos, brazos, daños en la cara o pérdida de ojos.
Recordó que ya están por iniciar las campañas de la temporada para prevenir riesgos por el uso de pirotecnia, “ninguna campaña va a funcionar cuando haya quién compre cuetes, todas las campañas pueden ser muy buenas, pero si la gente sigue comprando cuetes no se va a lograr el objetivo”.
Indicó que mientras haya personas que compran pirotecnia no se van a detener los problemas que ésta causa, pues por ejemplo, señaló que el año pasado la fundación recibió alrededor de 15 menores que se lesionaron con estos artefactos, por lo que al parecer los niños han comenzado a comprender los riesgos, sin embargo hubo más de 20 adultos lesionados, “ahora hay que convencer a los papás de que no compren los cuetes”.
A pesar de que se mantiene la incidencia de personas lesionadas por pirotecnia, García Lozano se dijo en contra de que se prohíba la venta, pues manifestó que si ello ocurre entonces comenzaría la venta clandestina, “y va a ser peor, porque entonces se van a vender cuetes más peligrosos y va a haber más cuetes inclusive”.
Al respecto, destacó que ahora que está regulada la venta y se expiden permisos por parte del ayuntamiento para la comercialización el 24, 25 y 31 de diciembre, no se respeta, pues “si ustedes van ahorita al mercado ya hay venta de cuetes”.
Finalmente recomendó que al acudir a las tradicionales posadas no se vista a los niños con ropa sintética, pues altamente inflamable, mientras que con la ropa de algodón se disminuye el riesgo.