Lenguaje incluyente, mejor y más claro

La forma adecuada es mencionar a ambos sexos, por ejemplo: niñas y niños, profesoras y profesores, presidenta y presidente.”

Alejandra Ruiz | El Sol de San Luis

  · lunes 3 de agosto de 2020

Instituto de las Mujeres / Norma Rivera

El uso del lenguaje inclusivo en México, es una herramienta que da oportunidad para nombrar al mundo fuera de prejuicios, estigmas y estereotipos, que perpetúan conductas discriminatorias.

El también llamado lenguaje incluyente sirve además para identificar todas aquellas manifestaciones sexistas, que en ocasiones son difíciles de notar porque se han normalizado a través del tiempo.

Asi lo manifestó Carolina Jayme Foyo, responsable del área de Comunicación Social, del Instituto de las Mujeres del Estado de San Luis Potosí, quien habló en torno al lenguaje incluyente, su promoción de igualdad de género y el combate que se enarbola al utilizarlo contra los prejuicios.

“El lenguaje inclusivo en cuanto al género se entiende, por la manera de expresarse oralmente y por escrito, sin discriminar por sexo, género social e identidad sexual, sin estereotipar a ningún individuo. Es una forma para combatir los prejuicios, según lo indica la ONU”, indicó Carolina Jayme.

De igual modo refirió que, el tema tiene un vínculo importante con la semiótica y sus significados, puesto que todo signo lingüístico es la base fundamental de cualquier lenguaje, tiene dos partes, que son el significante, y el significado.

El significante sería la palabra escrita u oral, que a través del tiempo se aprende su significado, la cual tiene ciertas modificaciones por vivir en una sociedad androcéntrica y cultura patriarcal, hacen que las imágenes mentales que tenemos de cada palabra sean completamente distorsionadas.

“Muchas veces es importante que el significante se modifique, por ejemplo con la palabra “Juez”, que pasa si lo cambiamos a “jueza”, inmediatamente se visibiliza a aquellos grupos discriminados, que en su mayoría de los casos son mujeres”.

Usar los significantes en femenino, no ocasiona ningún problema según indica Carolina Jayme, quien además insiste en que se utilice el lenguaje incluyente, para acabar con las condiciones sexistas que invisibilizan a gran cantidad de mujeres.

Según lo indicado en la guía proporcionada por IMES en su página de facebook, el lenguaje inclusivo no sólo trata de utilizar las “arrobas y x”, sino que está encaminado al reconocimiento del derecho fundamental de la igualdad, donde también se remarca que “Es incorrecto el uso de la “arroba” y la “equis”. La “arroba” no es un signo lingüístico y carece de sonido, y la “equis” no representan el sonido que se pretende. Ninguna incluye realmente a ambos géneros al usar el lenguaje. La forma adecuada es mencionar a ambos sexos o utilizar genéricos universales, es por ejemplo: niñas y niños, profesoras y profesores, presidenta y presidente.”

También otras formas de utilizar el lenguaje incluyente es el tratar de erradicar los malos hábitos del lenguaje, como los diminutivos, pues colocan en un nivel de inferioridad a las personas.

Y por último el uso de neutros que como indican “se utilizan para evitar nombrar sólo uno de los géneros, por lo que se sugiere nombrar la función del cargo”, un ejemplo de ello sería utilizar la palabra jefaturas, en lugar de jefe, subdirección a cambio de subdirectora, secretariado para suplir secretaria.

El lenguaje incluyente es sin duda una manera de reflexionar y enriquecer los patrones del lenguaje que ayudará a una convivencia menos discriminatoria e igualitaria.