A los ocho años perdió su brazo derecho al ser arrollado por el ferrocarril… sufre de alcoholismo y desde hace 20 años es el “lava carros” oficial de la esquina de Vallejo y Abasolo, a unos pasos de las oficinas legislativas. Limpia los vehículos de diputados, comerciantes y turistas.
Rafael Rivera, esta “hundido” en los vicios y clama ayuda… Debido a sus adicciones, su esposa lo abandonó y al día de hoy está prácticamente solo; no tuvo, ni tiene oportunidades para salir del “fango” en el que, dijo, se encuentra.
En un estado inconveniente, sentado en la cubeta que llena de agua para lavar los vehículos, relató a El Sol de San Luis, que desde pequeño fue abandonado por sus padres, y pese que una vecina quiso hacerse cargo de él, prefirió la calle.
A los ocho años, mientras “jugueteaba” cerca de las vías del tren, fue arrollado por la enorme máquina cercenando su extremidad superior derecha e imposibilitándolo de por vida. Pese a su discapacidad, decidió realizar este oficio para poder sobrevivir.
Desde niño tuvo que sobrevivir en la orfandad, y cuando cumplió los 18 años, se instaló en la esquina de las calles Vallejo y Abasolo. Hoy a 20 años de realizar el oficio, “Don Rafa” es conocido entre los comercios vecinos, uno que otro transeúnte, y hasta los legisladores y ex legisladores, a quienes, recordó, “a ellos les he lavado las camionetas”.
“Es difícil no tener un brazo, sobrellevar la vida así, a mí me pasó esto del brazo tenía ocho años, me lo cortó el tren, una güerita llegó y me dijo que me adoptaba para no sufrir, pero no quise, la verdad no, lléveme de aquí, quiero curarme”.
El comerciante Carlos Juárez, es amigo de “Don Rafa”, a quien definió como una persona honrada y trabajador, aunque de “repente, le eche la copa, sobre todo los lunes”, dijo, al platicar, que el lava carro de Vallejo, limpia sus carros y los de su familia.