Ella es María Concepción Santos, originaria de La Cebadilla municipio de Tanlajás. Nació el 15 de mayo de 1903, actualmente tiene 119 años y 101 días de edad. Su lengua materna es el Tének, el único idioma que conoce para comunicarse.
Cuando ella nació, México era gobernado por el general Porfirio Díaz y el Estado de San Luis Potosí por el ingeniero Blas Escontría y Bustamante. Cuando inició la Revolución Mexicana tenía 7 años de edad y al momento de promulgarse la Constitución Política, que actualmente nos rige, ella contaba con apenas 13 años.
En Guinness World Records, quien lleva el registro oficial de las personas más longevas, le adjudican el record mundial a Lucile Randon, nacida en Francia el 11 de febrero de 1904, es decir, al día de hoy cuenta con 118 años y 194 días de edad. Consulta esta información aquí: https://bit.ly/3R4sNSB.
Por su parte, Jeanne Calmet, es la persona más longeva en la historia de la humanidad, quien vivió 122 años y 164 días, del 21 de febrero de 1875 al 4 de agosto 1997; seguida de Kane Tanaka, japonesa que ostenta la segunda posición de la historia, con 119 años y 107 días, ella nació el 2 de enero 1903 y murió el 19 de abril de este año.
De reconocerse de manera oficial por esta organización, la señora María Concepción Santos de la Cebadilla, sería la tercera persona más longeva de la historia y la actual más longeva del mundo.
Alberto González Hernández, licenciado en Ciencias de la Comunicación, en compañía de Sergio Reséndiz Hernández, director del INAPAM de Tanlajás, acudieron hasta el domicilio de la señora María, y narraron cómo fue su encuentro con ella:
Caminando con ayuda de un andador, escuchó ruidos en el patio de su casa y también a sus perritos anunciando nuestra llegada con ladridos. “Koyol”, nos dijo, (en español significa siéntate). Poseedora de una perfecta pronunciación y de una mejor memoria, realiza sus labores cotidianas de manera independiente, se desplaza de un lugar a otro por sí sola, únicamente con la ayuda de su caminadora.
Con su cuerpo invencible y la sonrisa más sincera, accedió a contarnos un poco de su vida.
Sin necesidad de la asistencia de alguien más, ella caminó hasta su silla y se puso cómoda para iniciar su relato, a la vez que nos decía que se encontraba sola en casa, pues su nuera, de más de 70 años de edad, se encontraba trabajando en el campo.
Nos dijo que cuando apenas era una niña, en la Cebadilla no existían caminos grandes como ahora pues no había vehículos, por doquier se podían observar muchos árboles y la gente utilizaba veredas para viajar a otras comunidades a pie o en mulas.
Prosigue contando que a una corta edad perdió a sus padres, el señor Pedro y la señora María Juana, quienes partieron a la Revolución y nunca supo de ellos; ella le llama a este acontecimiento “pejextaláb” (guerra o conflicto en español).
Tuvo 7 hijos y 1 hija, de los cuales solo 1 de ellos vive, recientemente la visitó. Ella ya vivía en la comunidad antes de la creación de los ejidos.
Cuenta que siempre le gusta celebrar el Santorom en noviembre, comiendo kwatsám (tamal) y orando por el descanso de su esposo, quien murió hace más de 50 años, víctima “de espanto”, según sus creencias; comentó que ella también estuvo a punto de perecer de esta causa, pero oportunamente se barrió la cabeza con yerbas que ella conocía.
Recuerda que desde hace muchos años, en Semana Santa aparecían en la capilla de la Virgen de Guadalupe perteneciente a la Cebadilla, los “Juras” o “Judas”, hombres disfrazados con máscaras de madera que bailaban dentro del recinto religioso el Sábado de Gloria. Había Juras que azotaban con chirriones a los presentes, pero era más el escándalo que hacían con botellas que las ganas de hacer daño a los demás. Después se quitaban las máscaras afuera del templo y se disponían a comer.
En Semana Santa nunca visitó la cabecera municipal de Tanlajás, al menos no lo recuerda, mencionó que únicamente iba en otros momentos del año, por ello no pudo darnos ningún dato acerca de la Toreada de los Diablos.
Le pregunté de qué se alimentaba, cuáles eran sus platillos preferidos, me contestó que siempre le gustó la comida que se producía en el campo como el palmito, nopales, frijoles, desde luego el maíz, los pemoches y que toda la vida le ha gustado el café con leche, “con leche" -recalcó- ésta vez en español.
El día que se casó, cuando ella tenía 22 años, su marido le regaló un quexquémetl o como ella dice en Tének, Dhayém, que aún conserva después de 97 años y que usará, junto con su petob, el próximo domingo 28 de agosto de 2022 en la galera central de la cabecera municipal, cuando el presidente municipal constitucional #Compa Genaro Ahumada Cedillo, realice un homenaje en su honor para otorgarle el título de Reina de las Personas Adultas Mayores de Tanlajás.
Desde luego que esta información puede llegar al libro de los Record Guinness, para darle su lugar en la historia de la humanidad.