Ser madre es una de las labores más rigurosas, la mujeres emplean todo un tiempo de vida al cuidado y crianza de sus hijas e hijos, es un trabajo arduo y complejo, que para muchas requiere de una entrega total de amor y correspondencia.
Así lo es para Rosa Guevara, de 56 años, madre del activista en Derechos Humanos, conferencista y mercadólogo Gustavo Guevara, quien a pesar de los obstáculos que han enfrentado junto a lo largo de toda su vida han sabido sortearlos, como solo el amor de madre e hijo puede enfrentar ese tipo de dificultades.“El ser madre de un activista te llena de orgullo y te obliga a ser mejor persona a ver oportunidades en cada instante para luchar por un mundo mejor, tienes que adaptar y tener resilencia en todos y cada momento de tu vida. No puedes echarte para atrás siempre pujante, optimista y apoyando a tu hijo en todo momento, sin embargo no sólo por ser Gus Guevara sino porque soy madre”.
“Mis Gus es un loquillo, un soñador y como siempre le digo, si tú quieres puedes, para eso lo eduqué para salir y partírsela . Él y sus hermanos me han dado muchas satisfacciones, los crié para ser libres y autónomos, pero sobre todo respetuosos”.
Rosa Guevara ha sabido guiar y encaminar a su hijo hacia una vida personal etéra, donde siempre le inculcó “hacer el bien sin mirar a quien”, de igual forma sabe que la maternidad es única e íntima, y por supuesto nada fácil, “En esta vida si las cosas difíciles fueran fáciles cualquiera las haría. La maternidad es más fácil de lo que parece, ¿cuántas mujeres conocemos siendo madres por una circunstancia ajena a sus deseos, a sus anhelos, entonces que es la maternidad? ¡Una circunstancia una costumbre, una realidad, una meta? Todas son madres por las circunstancias, pero la crianza ahí si agárrate porqué tienes que tomar los toros por los cuernos y sacar lo mejor de tí, para tí, para tu vida y en consecuencia para tus hijos”.
Y no se puede dejar de lado a la mujer detrás de la madre, Rosa Guevara emprendedora, es vendedora nata, quien terminó una carrera profesional a la edad de 50 años y ahora es gerente de una importantísima empresa inmobiliaria , además ha sabido enteramente cómo sacar a sus hijos adelante. Por ello Rosa y su hijo Gustavo comparten un mensaje muy importante para las madres de todos los hogares acerca del amor infinito entre madre e hijo, “Hemos aprendido mucho, vivimos en un ciclo de lecciones, tenemos un carácter muy similar y chocamos muchos. Ambos somos necios, obstinados, optimistas y valientes, por eso siempre andamos “del chongo”. Pero siempre, siempre, habrá un amor incondicional”. Donde Gustavo agregó para finalizar que “ Mi madre es mi maestra de ésta y otras vidas”.