El centro educativo “Educando para la Vida”, más conocido como “La escuelita” del mercado República cumplió este fin de semana 30 años de actividad, de regularizar en sus clases a los hijos de locatarios, pero también a niños y adolescentes en situación de vulnerabilidad y que abandonaron o no habían pisado un aula.
A la par, se hizo un reconocimiento a María del Socorro Vázquez, la maestra Coquito, que ha sido el pilar de esa institución y que, hace 30 años comenzó el proyecto rescatando a los entonces llamados niños de la calle, que limpiaban parabrisas, vendían chicles o que sus padres no tenían las condiciones para mandarlos a la escuela.
Son varias las generaciones de niñas, niños y adolescentes que han pisado las todavía austeras aulas de ese plantel dedicado que, actualmente, también presta servicios a alumnos de diferentes colonias, para regularización.
De lunes a viernes, la maestra Coquito y el maestro Julio Jiménez Palomo atienden a los menores y a los apoyan en su formación a resolver las compleciones en sus estudios; aunque hay algunos que batallan en otras materias, la maestra considera que actualmente una de las mayores deficiencias en cualquier nivel educativo, es que no saben leer ni escribir correctamente.
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A su trabajo se suman las y los licenciados en educación, Raúl Pérez González, Claudia del Carmen Barbosa Barbosa, Víctor José Guadalupe García Salazar, Luis Adrián Martínez Méndez y Karla Karina Orta Martínez.
Hoy, con algún apoyo oficial, pero más del Frente Juvenil Potosino y de la planilla verde de la Unión de Comerciantes en Pequeño del Mercado República, la “escuelita” sigue en pie, aceptando donaciones de los comerciantes y de diversas instituciones para seguir adelante.
Este fin de semana, en el aniversario del centro de estudio se organizó un convivio con la mayoría de los pequeños y pequeñas que ahí asisten, y se hizo un reconocimiento a su coordinadora por tantos años dedicada a una paciente labor de encauzar a sus niñas y niños -algunos la suelen llamar abuela o abuelita- para mejorar sus estudios o retomarlos, si es que los dejaron.