La Divina Infantita, una revolución al comercio

La festividad de la Natividad de María se da cada 8 de septiembre. La costumbre surgió a mediados del siglo XIX. Se dice que la Virgen María se reveló como una niña a la monja Concepcionista Sor Magdalena de San José, quien gracias a su devoción, se celebra con regocijo y solemnidad

Alejandra Ruiz | El Sol de San Luis

  · lunes 7 de septiembre de 2020

Alejandra Ruiz | El Sol de San Luis

Una sinfonía de colores, le dan la bienvenida a todo aquél que llega a visitar las instalaciones del icónico Mercado República, ubicado en el centro Histórico de la capital potosina.

En el mes de septiembre sus pasillos anuncian la vereda de un costumbrismo religioso, que sobrevive gracias a la creencia viva de cientos de católicos, que con fervor, buscan algo especial para celebrar a su querida Niña Inmaculada.

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Vestidos, ropones y trajecitos con hechura a mano, se mercadean en los puestos de la zona norte de este espacio comercial, donde los tonos rosados y bordados brillantes alumbran las mesas de los locatarios.

Recostada en un ostentoso cojín o sentadita en trono de madera sus ojos brillantes e inmaculados sobresalen entre los cajones de ropa, cuneras y canastas, es la Divina Infantita, que sonriente e impoluta le da la bienvenida a los visitantes del mercado.

José Armando Martínez, comerciante de 68 años de edad, platica para El Sol de San Luis acerca de su oficio como proveedor de aditamentos y vestimenta de santitos y divinidades, donde él y su familia por más de 30 años se han dedicado a elaborar y comercializar ropa para vestir a la Divina Infantita en esta tradicional área mercantil.

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Cada temporada de celebración que enmarcan los meses de septiembre a diciembre, Don Armando comienza a comercializar la vestimenta para las festividades patronales de cada Niño Santo. Pero desde hace una semana, su comercio se engalanó de colores pastel, colores de la fe, para festejar la infancia de la Virgen María.

“Ahorita la mercancía que estamos preparando y vendiendo, es para la celebración de nuestra querida Niña Infantita, afortunadamente y a pesar del Covid-19, el fervor a esta advocación sigue presente y ha venido mucha gente a comprarle su ropita para vestirla el día de su celebración”.

Los vestidos que vende Don Armando están elaborados de diversos materiales, cada uno con detalles artesanales, de tela de organza, brillosa o con lentejuelas. También hay ropajes con bordados muy elaborados y hasta en técnica de crochet en estambre de diversos colores, para tener gran variedad de artículos que ofrecer a todos los gustos y estilos.

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Los tamaños varían, hay vestimenta desde los 7 centímetros hasta los 70 cm, dependiendo de la imagen que se vaya a vestir. Los precios son diversos, hay desde los más económicos por el material y tamaño, con precios que oscilan desde los 15 a 75 pesos, o bien los más costosos que sobrepasan los 150 pesos. Don Armando explica que además hay encargos especiales, y estos tienen un costo adicional porque muchas de las veces se apoyan de otros costureros que les ayudan a sacar el trabajo.

Sin embargo, cada vestuario es realizado aquí en la Capital por familiares o modistas de confianza.

“Ahorita estamos vendiendo más los vestiditos en colores sobrios o rosados para arropar a la Divina Infantita, pero como ya se acerca diciembre, también ya empezamos a sacar algo de mercancía para los Niños Dios”.

“En esta primera semana de septiembre, por la celebración de la Santísima Virgen Niña, hemos llegado a vender hasta 10 vestiditos al día, pero conforme se va acercando la fecha se van vendiendo más”, abundó don Armando.

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Y es que la festividad de la Natividad de María inicia en diferentes fechas según la ubicación, pero en México surgió a mediados del siglo XIX, ya que se dice que la Virgen María se reveló como una niña a la monja Concepcionista Sor Magdalena de San José, quien gracias a su devoción, cada 8 de septiembre se celebra con regocijo y solemnidad la fiesta del nacimiento de la Virgen María.

El señor Armando de igual forma menciona que aunque la devoción hacia esta divinidad ya tiene bastantes décadas, no fue hasta hace 10 años que se animaron a vender atuendos, ropajes y trajes para esta niña santa.

“Tenemos como unos diez años que vendemos ropita para esta celebración litúrgica, la devoción a la Inmaculada Niña no era tan visible, se puede decir que es algo reciente que con el tiempo ya existan más creyentes”.

Toda la familia Martínez, esposa e hijos se dedican a la venta de atuendos religiosos para vestir imágenes sagradas. Los visitan todo tipo de personas, desde las más humildes, hasta las más opulentas, así lo señaló este comerciante.

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“Viene a comprar todo tipo de personas, de todas las clases, lo único que varía es el tipo de artículo que compra o también hay quienes vienen a hacer pedidos especiales. Hay hasta quien quiere vestir al Niño Dios y a la Divina Infantita con los trajes deportivos de su equipo favorito de fútbol, y ahí es cuando nos apoyamos de distribuidores de la Ciudad de México para que nos hagan la indumentaria”, puntualizó.

Este comerciante y su familia, recalcan que este tipo de negocio no sólo les ha dejado la bella experiencia de tener acercamiento con personas que viven con Dios en su ser, sino que también desde hace más de tres décadas encontraron una forma digna y honrada de sobrevivir.

Cabe señalar que María Niña es la patrona de las y los bordadores, quienes en su mayoría se dedican a vender y a coser la vestimenta de esta niña santa. Hasta ahora son un total de 10 locatarios comerciantes del Mercado, quienes se dedican a este rubro, y que hoy adornan sus puestos con los ropajes más ostentosos para celebrar a su querida advocación mariana.



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