Sara Álvarez Rivera, es la alcaldesa de Armadillo; con tan solo 24 años de edad se convirtió en la presidenta municipal más joven, que en la actualidad, hay en el Estado, y del municipio con menos presupuesto y más seguro. "Sarita" como la llaman los lugareños, tiene un salario de 3 mil 500 pesos por quincena, el más bajo de la entidad.
En entrevista para El Sol de San Luis, la joven madre, sostuvo que en la administración que preside, los jóvenes ocupan la mayor parte de los espacios públicos. Su labor de gestión ha sido fundamental para el desarrollo de la ciudad, que cuenta solamente con 7 millones de pesos anuales, de partidas presupuestales.
“Se agradece que nos den la oportunidad a los jóvenes, todo mi equipo de trabajo de igual manera son gente joven, que está aprendiendo, esperemos hacer un buen trabajo”.
Armadillo es el municipio más pequeño de la entidad, recordó, y es a donde destinan menos recursos. En contra parte, la ciudad es una de las más tranquilas y lejos de la inseguridad que golpea a la mayor parte del Estado.
“Somos el municipio más pequeño y el que le llegan menos participaciones, pero creo que hemos avanzado mucho en el trabajo, gracias a la gestión, hemos logrado proyectos de pavimentación de calles, drenaje, ampliaciones de red eléctrica para el municipio”.
“Aquí tenemos mucha paz y mucha tranquilidad, por ellos estamos apostándole a lo que es el turismo, por medio de las artesanías, de ese modo estamos tratando de impulsarlo por ese lado, para darlo a conocer”.
“Sarita me dicen los ciudadanos”, acotó, al tiempo de aceptar el gran reto que adquirió cuando aceptó contender en las pasadas elecciones. Álvarez Rivera, habría tenido cargos públicos antes de ganar la presidencia; fue directora del DIF en el periodo del 2012-2015, cuando apenas tenía 18 años.
“El ser presidenta implica mucha entrega, y mucho compromiso, con gran responsabilidad tome este cargo y tengo un gran equipo que me respalda en muchas cosas, sola no podría estar aquí y así nos apoyamos en esta gran labor”.
Sarita es casada y tiene una pequeña de ocho años; “es complicado compaginar el ser mama, esposa y presidenta, pero seguimos trabajando y al pendiente de la familia porque es parte importante de mí”.