Karina Antonio Hernández, es una joven madre de 17 años, que enfrenta la etapa más difícil de su corta vida… su pequeño de tres años la espera en su comunidad indígena cada que ella viaja a la Capital Potosina para recibir el doloroso tratamiento con que combate la Leucemia Linfoblastica Aguda, padecimiento que la aqueja desde hace varios meses.
Karina pudo cumplir uno de sus grandes sueños, “montar una enorme motocicleta” y salir a pasear con un grupo de motoristas; durante algunos kilómetros, integrantes del grupo “White Face Brotherhood”, la escoltaron como toda una princesa.
Con la enorme sonrisa que no cabía en su rostro, Kary, como la llaman sus familiares y amigos, se colocó el casco rosa, su color favorito, y subió a la motocicleta. Paseó desde el Jardín de Tequis, hasta la Glorieta González Bocanegra, cruzando por la avenida Himno Nacional y la Calzada de Guadalupe; siguieron por Reforma, hasta llegar nuevamente arribar al lugar donde partieron.
Karina en ningún momento ha perdido la fe y la esperanza; confía en que pronto la medicina hará el efecto que necesita y saldrá adelante de este difícil y cansado camino que ha recorrido, desde el día que recibió el desalentador diagnóstico.
La joven es originaria de la comunidad indígena Guaxcuaco, del municipio de Tamazunchale. Su pequeño apenas cumplió los tres años de edad, y “es por él, por quien me voy a curar y voy a poder verlo crecer, yo sé que así será”, dijo entre lágrimas la también menor de edad.
Karina cumplió su sueño en el marco de la primera carrera “Corriendo por la Salud” que organizó la Asociación Civil “Cumple un Sueño” y las damas voluntarias del Club Rotario, la mañana del día de ayer.
Además de estar acompañada de motociclistas y corredores, acudió a reconfortarla su amiga de “batallas”, Susaradai Castillo, otra joven de 18 años, a quien le fue amputada una pierna debido al cáncer en los huesos, que afortunadamente está superando.