Desde que era niño, Julián Reséndiz, conoció de cerca la migración, nunca se imaginó que llegando a la profesión que desempeña, el periodismo, iba a conocer la cara más peligrosa de la labor mediática, ver de cerca los huesos, brazos y torsos de nuestros hermanos migrantes que dejó el crimen organizado en el desierto de Nuevo México.
“Conozco ambos lados de la frontera, crecí en ambos lados y tengo el doble privilegio de vivir y trabajar de este lado y poder escribir de lo que yo sé. Muchos de mis compañeros mexicanos quisieran escribir, pero no pueden, no tanto por autocensura, sino por seguridad, yo he recibido alguna amenaza por la cobertura pero estoy acá, qué me pueden hacer -se cuestiona-, pero en México cuando reciben una amenaza tienen que callar porque no tienen a dónde correr”.
La organización social Inquire First, organizó una mesa redonda con periodistas latinoamericanos para debatir sobre El papel y las responsabilidades de los reporteros de inmigración”, ahí detalló que comenzó su carrera con la Prensa Asociada pero se ha desempeñado en las grandes cadenas mediáticas televisivas de Estados Unidos de América Latina y del mundo entero.
El Sol de San Luis fue uno de los medios de comunicación invitados a este encuentro internacional junto con reporteros de El Salvador, Honduras, Guatemala, Colombia y México.
Narró que ha vivido la migración porque su familia vino a Estados Unidos se asentó primero en el sur de El Paso, Texas, y luego en una comunidad de Nuevo México, donde veía gente cruzar porque antes no había muro, la gente lidiaba con el desierto, las vías del tren y la Patrulla Fronteriza que los perseguía, los detenía y luego los mandaba a México, muchas veces volvía a ver a los migrantes al día siguiente, porque lo intentaban de nuevo.
Recuerda que las autoridades de Estados Unidos estuvieron dialogando con el ex presidente Vicente Fox sobre una nueva legalización de migrantes porque ya se había acumulado bastante la comunidad migrante, aunque muchos de los esfuerzos no terminan de prosperar. “El tema de millones de personas indocumentadas, es muy complejo, pues muchos políticos dicen que tienen la solución, pero si hubiera una, ya alguien lo hubiera resuelto, es algo que continúa muy complejo”.
▶️ Únete a nuestro canal de WhatsApp y recibe la información más relevante al momento
En estos momentos, está identificando que se está viviendo un fenómeno de increíbles aumentos en la migración indocumentada, al menos desde el otoño de 2018 lo ha percibido en ascenso y justamente seis meses antes de este junio, ha visto que el gobierno federal volvió a algunas de las tácticas de encuentros migrantes que hace entender que el fenómeno social está en su apogeo.
Por más recrudecimiento de las políticas migratorias que hay en la actualidad, lo que está identificando es que están optando por cruzar de la forma más peligrosas y eso es entregándose a los coyotes a los polleros, lo que se conoce como traficante de humanos y ellos los traen por caminos y lugares más difíciles. “Y estamos viendo números récord, pero feo de muertes de migrantes”.
En El Paso, las cifras negras indican que murieron 176 migrantes en los últimos 12 meses. “Hace unas semanas fui con un grupo de voluntarios al desierto de Nuevo México y los voluntarios, me dijeron. Mira, me mostraron los los huesos los cráneos, los torsos, el fémur de varias personas, hay muchos migrantes que no han sido encontrados, es es una tragedia humana, es una crisis humanitaria”.
Señala que el gobierno de Estados Unidos ahora está dando asilo a la comunidad errante de otras naciones, pero les pide esperar en sus naciones hasta que sean llamados por ellos para conseguir la estancia regular. Es por eso, que muchos insisten en la migración ilegal.
En la zona de Nuevo México hay mucha actividad migratoria de los carteles, sobre todo en la zona de Cristo Rey, en esa zona se detectan casas de seguridad, secuestros temporales de los migrantes, casos de tortura y muchos más hechos de inseguridad que viven los hermanos de muchas naciones del mundo que van a la búsqueda de mejores condiciones de vida.
En su caso personal dice no tener miedo a los que desde Tijuana preguntan por él, muy posiblemente miembros de células criminales que se incomodan por el periodismo migrante que realizan en defensa de los errantes de las fronteras mexicana y americana y su lucha continuará en la defensa de los sin voz y del periodismo migratorio que también tiene guarda complejidad por la existencia de células del crimen organizado operando en esa parte del mundo.