Buscar la independencia y autonomía de quienes forman parte de Intégrame Down A.C., es una de las tantas metas predominantes en el ejercicio social diario de esta organización conformada por madres y padres de familia, que buscan las mejores condiciones de vida para sus hijas e hijos.
Hoy un grupo de jóvenes y adultos son el ejemplo de ello. Han dejado a un lado la existencia de un cromosoma demás, para demostrarle a la sociedad que esta condicionante no es un impedimento para su desarrollo social y laboral.
Cristina, Estrella, Andrea, Diego, Héctor, Leonardo, Eduardo, Sebastián, Fernando, Gabriel y Diego, ahora conforman un gran equipo de trabajo que se dedica a la elaboración y venta de helados artesanales.
Con ello exponen que pueden desarrollarse sin limitaciones y que además pueden integrar actividades a su día a día, que de una u otra forma dignifican su vida.
Helados Japi, es un espacio donde estos jóvenes han aprendido a tener las herramientas necesarias para incentivar sus ganas de desenvolverse laboralmente y también, tener una entrada de dinero que reivindique la valía de su trabajo.
“Parte de los objetivos de Intégrame Down es el desarrollo de la autonomía y el trabajo en conjunto con las familias. Esta oportunidad de desarrollo es básica para ellas y ellos. Hay que crear estas opciones de empleo para que ellos puedan ejercer una actividad que les guste y les deje ganancias, pero sobre todo en la cual aprendan a independizarse”, refirió Verónica González, directora de esta asociación.
Esto significa, que estas acciones y rutinas apuestan por la libertad plena para que jóvenes con Síndrome de Down ejerzan sus derechos humanos innegables, para desarrollarse en ámbitos que, por mucho tiempo les fueron negados.
“Anteriormente ellas y ellos no tenían la oportunidad de poder desarrollarse laboralmente en ningún espacio, y eso se convirtió muchas de las veces en un limitante. Como familias tuvimos que buscar otras opciones donde pudieran desarrollarse y así eliminar la barrera del prejuicio”, expresó Verónica.
Verles trabajar y desenvolverse de manera intelectual y además atestiguar cómo ellos mismos ejercen un oficio, es reconocerlos como seres humanos dotados de un sin fin de habilidades, que les ayudan a obtener una mejora en su calidad de vida.
Para la señora Silvia Ramírez, madre de Cristina y para el señor José Luis Chávez, padre de Andrea, este proyecto laboral les ha dejado una grata experiencia personal.
Observar a sus hijas crecer y desarrollarse, pero sobre todo ser espectadores de sus logros, es aceptar la autodeterminación que poseen ellas por lograr ser unas mujeres repletas de confianza y estabilidad.
“Para nosotros es muy gratificante que las integren en este tipo de actividades que les ayudan a dignificar su vida. Para ellas tener dinero ganado por ellas mismas es la mejor satisfacción”, refirió la señora Silvia.
Apoyar y estimular sus primeros pasos hacia la autonomía, es fundamental, aún más dentro de una sociedad que no se ha preocupado por darle seguimiento a la inclusión de personas con Síndrome de Down y su desarrollo en la vida adulta.
Es por ello que la familia tiene un papel importante en su desarrollo interdisciplinar, para influenciarlos positivamente y así potencializar sus aptitudes y habilidades.
Ningún joven y adulto perteneciente a este proyecto, podría hacerlo sin el apoyo constante de sus madres y padres, quienes ven en ellos grandes capacidades que hoy día, forman parte de su proceso de crecimiento dentro de la vida adulta, siendo unos seres humanos que se integran fácilmente a cualquier ámbito laboral.
Para Intégrame Down A.C., potencializar las oportunidades al acceso a un empleo, para que ellos y ellas se desempeñen, son parte de las acciones destinadas hacia la inclusión para que se desenvuelvan en igualdad de condiciones. Y luchan diariamente para que existan oportunidades donde estos jóvenes puedan acceder a trabajos accesibles y humanos.
Cristina, Estrellita, Andrea y Diego, junto con sus demás compañeros, reconocen que esta oportunidad significa no sólo tener una inclusión social, sino que, a través de su trabajo envían un mensaje para que la sociedad deje de estigmatizar su “cuestión genética” y juntos derriben la otrora desigualdad, que impera en la sociedad potosina.
“Nos gusta trabajar en una heladería, atender a los clientes y sentirnos útiles. Todos somos amigos y estamos felices de poder laborar en algo que nos gusta”, señalaron todos los integrantes de Intégrame Down A.C..
Estos jóvenes son la mirada de la autodeterminación, de la lucha por cambiar la visión de un mundo que es excluyente y cómo a través de esta venturosa carrera por la independencia transmiten la firme convicción de tener un mundo mejor, un mundo sin prejuicios, sin estigmas.
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