La mayoría de los jornaleros tienen hipertensión y diabetes por la alimentación que tienen, pese a que cultivan vegetales, ellos no tienen acceso a éstos, en ocasiones ni al agua potable, a algunos les es más fácil acudir a la tienda por pan y por refresco de cola, estos problemas se mantienen, por ello es necesario que las autoridades laborales les hagan entender que están atravesando la fase III de Covid-19 y que requieren de una sana ingesta para poder enfrentar las enfermedades antes mencionadas.
Con más de 500 casos de Coronavirus y 30 muertes a razón de la pandemia, es apremiante que las instituciones estatales informen a los más de 400 ranchos agrícolas que hay en el Estado, sobre las guías laborales que ha implementado la Delegación de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social por el covid-19, señaló Mayela Blanco Ramírez, integrante de la coordinación de la Red Nacional de Jornaleros y Jornaleras Agrícolas, pues dichos documentos van encaminados en dos sentidos: uno va dirigido para los centros de trabajo agrícola en territorio nacional y otro concretamente para el retorno de personas jornaleras agrícolas en territorio nacional, es decir, aquellos que están trabajando de un estado a otro.
“Hay un completo desconocimiento de estos documentos que son oficiales y que pareciera que no son de conocimiento y por lo tanto no están siendo acciones que estén haciendo de manera activa en los municipios”.
En Tanlajás, Axtla de Terrazas, Aquismón, Huehuetlán, Xilitla, Tamazunchale, Coxcatlán, Matlapa y Tancanhuitz de Santos se ubican los más gran des ranchos agrícolas y los que mayor actividad tienen y ahí justamente existen sitios donde se han confirmado casos de Covid-19.
Tanto la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, la Secretaría de Salud del Gobierno del Estado y el DIF Estatal, deben de comenzar a socializar en los ranchos agrícolas, las medidas que se plantean en estas guías laborales, como la sana distancia y los filtros sanitarios.
A este problema se suma que no todos los jornaleros hablan español, incluso se conducen como si no conocieran lo que está pasando con esta enfermedad, pues en los ranchos agrícolas no existen traductores que les hagan constar lo que está sucediendo.