Trabajar bajo el sol implica para Lorenzo Vázquez y José Luis González Flores, ambos trabajadores del área de Parques y Jardines de la Dirección de Servicios Municipales del Ayuntamiento de San Luis Potosí, buscar opciones de cuidado que han resultado en preparar una rutina específica para evitar la deshidratación y golpes de calor.
Esto ante las altas temperaturas que se han presentado en la capital, ya que su oficio de jardineros y área de mantenimiento, lo desarrollan en la intemperie, siempre expuestos a las actuales condiciones climáticas.
Y aunque su piel refleja un poco el daño que ha ocasionado el sol, los dos mencionaron para El Sol de San Luis que, tras una jornada de ocho horas de trabajos bajo el intenso calor, han desarrollado rutinas para evitar que esta situación sea agravante para su salud.
"Primero que nada usamos mucho bloqueador solar. Nuestra jornada laboral empieza a las siente de la mañana, pero no es hasta las 10 que el sol empieza a calar y se empiezan a sentir lo efectos, como las quemaduras en la piel, dolor de cabeza y cansancio", señaló González Flores.
Por lo que cada dos horas, aplican bloqueador solar en las zonas de su cuerpo que se mantienen más expuestas durante su trabajo, como lo son brazos, cuello y cara; toman agua y se turnan en ligeros descansos bajo la sombra de algún árbol para evitar algún desmayo o descompensación.
Y aunque González Flores aclaró que, ayuntamiento ha dispuesto acciones para que como trabajadores puedan mediar las complicaciones que originan estas altas temperaturas, como lo es dejar el uso de los uniformes, ellos buscan más alternativas que les aligeren la pesadez de tener que trabajar a la luz del sol.
"Bueno traemos desde sombreros, gorras y hasta sombrillas, para poder protegernos del sol, ahorita estamos por ejemplo a 33 grados en la sombra, entonces nos turnamos para tomar descansos mínimos entre una y otra actividad, para poder pararnos bajo la sombra de un árbol, porque el sol está canijo".
Lorenzo por su parte dijo que durante su jornada laboral tratan de mantenerse hidratados, por lo que llevan botellas de refresco de más de dos litros y medio, las cuales llenan de agua y la van dosificando en tragos.
"Aquí traemos nuestras botellas de agua, es mejor de esas y así nos mantenemos hidratados, también nos ayuda el regar los jardines y limpiar la fuente, porque así se mantiene fresco el lugar y no se resiente tanto el calor que puede estar pegando en el suelo", mencionó.
Por último, ambos trabajadores mencionaron que si bien no se han modificado sus horarios laborales, si se han transformado la manera de realizar su trabajo, situación que no es compleja y tampoco les ha requerido un esfuerzo sobrehumano.
"O sea sí pega el calor, como todo, o como todos los que trabajan en la calle, policías, comerciantes, limpieza, jardineros, pero, nosotros buscamos que esto no nos complique la jornada, hay que hacerla leve, por eso nos cuidamos".