Los centros educativos actualmente cuentan con promotores voluntarios de seguridad vial, mismos que son habilitados y supervisados por la Secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC).
El señor Isabel Pardo Rodríguez, de 62 años de edad, se dedica a este loable trabajo de salvaguardar la seguridad vial de centros educativos públicos de la capital.
Este es un programa que dignifica e incluye nuevamente a actividades laborales a personas de la tercera edad cómo el señor Pardo Rodríguez, quién a través de una capacitación y un examen riguroso le fue otorgado dicho cargo.
Él cuenta, que este trabajo además de requerirle una entrega incondicional para velar por la seguridad de otros, es prescindible conocer los espacios viales que comunmente no son respetados, tanto en velocidad como en prudencia al manejar.
Al cabo de dos años desarrollándose en esta puesto, Pardo Rodríguez cuenta que ha sido una experiencia satisfactoria pues al haberse pensionado, buscaba mantenerse activo y de provecho para la sociedad.
" Tuve la oportunidad y fui a presentarme, hice el curso y presente el examen. Mi trabajo consiste en pasar a los padres de familia y estudiantes, y al mismo tiempo dar vialidad. Es complicado pero como todo hay que aplicar estrategias para que todo salga favorable", señala.
Parte de la satisfacciones de Pardo Rodríguez es el servir y ayudar, pues dice que apoyar al ciudadano lo hace sentir útil, a pesar de su edad.
"Yo planeo estar en este servicio hasta que dios me lo permita, el día que yo diga ya no puedo caminar".
Riesgoso y peligroso es la labor de este promotor vial, al que muchos le reconocen su labor y otros, los automovilistas más imprudentes hasta señalan con comentarios peyotativos.
No es fácil mantener el orden, menciona Pardo Rodríguez, sin embargo, encuentra en esta labor una responsabilidad que lo motiva.
"Es un trabajo muy bonito y es de mucha responsabilidad. Nos coordinamos en distintos niveles, con nuestro mando superior, con las escuelas y claro con los padres de familia. A su vez contamos con un supervisor que viene y revisa con hacemos nuestro trabajo".
Isabel Pardo Silva, atraviesas la.peligrosidad de las calles, que a veces parecieran caminos trepidantes dispuestos a devorar a cualquier despistado que cruce la calle.
Pero su silvato, su uniforme y esas gafas de sol imponen, y hacen de este servidor un ser humano ejemplar que dedica su día a día a la seguridad de niños y niñas, y también de padres de familia.