Legalizar el consumo de las drogas es aceptar que el Estado es impotente para combatir el crimen y el tráfico de esas sustancias, indicó Juan Jesús Priego Rivera, vocero de la Arquidiócesis de San Luis Potosí.

Luego de que la Suprema Corte de la Nación concedió dos amparos para el consumo recreativo de cocaína, el sacerdote potosino advirtió que esto es abrirle las puertas a la legalización del consumo de dicha droga, “cuidado porque no sabemos las consecuencias que esto va a tener, y nos negamos a aceptar que la droga sea parte de la vida de los ciudadanos”.

Coincidió con el Subsecretario de Gobernación en que el país no está preparado para legalizar el consumo de la cocaína, además de que estimó, “le va a costar muchísimo a México; México es más noble luchando contra estos lacras y estos cánceres que bajando las manos y aceptando, porque ese es un signo de derrota del Estado, un Estado que quiere legalizar la cocaína es un Estado impotente que se reconoce ya impotente para poder luchar contra el crimen y contra el tráfico de drogas”.

Priego Rivera señaló que la Iglesia no se opone por ejemplo al uso medicinal de la marihuana, aunque sí está en contra de la legalización del consumo recreativo de las drogas, debido a que dijo, es como permitir el suicidio de los consumidores “es un suicidio lento, pero es real y verdadero… son sustancias que los va a ir mermando, acabando lentamente, no debemos permitirlo”.