Existe un deslizamiento profundo y activo en la Carretera Federal 63, específicamente a la altura de la localidad Cañón de Yerbabuena en el municipio de Ahualulco, que ha deformado la carretera a razón de hasta 30 milímetros al año al menos durante los últimos 30 años.
Es lo que sobresale en un estudio multidisciplinario realizado por una egresada del Posgrado e investigadores de la División de Geociencias Aplicadas del IPICYT. Este trabajo de caracterización del deslizamiento profundo y activo fue reconocido para publicarse a nivel internacional.
Estudios como este, sobre deslizamientos profundos, son útiles para comprender la dinámica interna y externa de estos fenómenos. Para lograr este objetivo se integraron varias metodologías, que incluyeron caracterizaciones litológicas y estructurales, mapeo geomorfológico, análisis de interferometría de radar de apertura sintética, y estudios geofísicos eléctricos.
Los resultados que obtuvieron Cecilia Irene Villaseñor Reyes (egresada del Posgrado), Pablo Dávila y Omar Delgado Rodríguez (investigadores), detallan que este deslizamiento ha provocado la deformación del talud, el cual se extiende sobre rocas volcánicas altamente erosionadas y fracturadas del Complejo Volcánico Ahualulco.
Es un área que comprende 741,000 m 2 y moviliza un volumen de roca estimado de 6,950,459 m3. Las características geomorfológicas incluyen un contra-escarpe, escarpes menores, grietas de tensión, pequeños deslizamientos de tierra, brechas de avalancha, derrumbes y depósitos coluviales.
Cecilia I. Villaseñor encontró que la tasa de velocidad de deslizamiento en la parte superior de la pendiente alcanza hasta 10 mm / año, con un comportamiento lineal que cambia a una deformación no lineal más rápida (hasta 30 mm / año) en la parte media-inferior del deslizamiento.
Este cambio es el resultado de una dinámica compleja y múltiple ligada a la presencia de dos fallas normales que fragmentan el talud y una capa de limolitas arcillosas intercaladas que actúa como posible plano de deslizamiento; este último definido por un estudio estratigráfico y de resistividad a través de imágenes de tomografía eléctrica.
El incremento de las tasas de velocidad en la parte baja del deslizamiento causan los daños más severos a la carretera y está ligado a las lluvias torrenciales en el área.
La deformación constante en el lugar, representa un peligro permanente para los automovilistas y pobladores del lugar.