La invasión excesiva de comerciantes informales en el Centro Histórico de la ciudad se ha convertido en un foco de riesgo importante para la sociedad, pues hay algunos puestos que invaden espacios públicos de “primera seguridad” para los ciudadanos, como paradas de camión, esquinas, rampas, entre otras zonas, que ponen en peligro su seguridad.
Así lo manifestó la presidenta de la Asociación Nuestro Centro, Amparo Rosillo Izquierdo, quien consideró que el cambio de administración municipal fue un pretexto para los comerciantes informales para extenderse aún más, pues han notado un incremento en el número de puestos que invaden la vía pública, y, ahora ya invaden zonas donde antes no existía este tipo de puestos.
Detalló que, a principios de este año se les había entregado un informe del número de comerciantes informales, los cuales oscilaban en mil 200 aproximadamente, pero, calculan que actualmente la cifra creció entre un 20 y un 30 por ciento.
“La explanada Ponciano Arriaga es una situación terrible por todo lo que se ha instalado, y el público no puede ni caminar, la gente no está segura porque pueden ser asaltados, se crea un ambiente de mucha inseguridad, se abren las puertas para sufrir algún robo. Aunado a ello, hay puestos de comida en paradas de camión, la gente que usa el transporte público corre el riesgo porque de repente se puede encontrar con un anafre; se han invadido espacios que son de primera seguridad para la sociedad y eso no puede ser”, expresó.
La empresaria señaló que la invasión del comercio informal se ha convertido en tema añejo, muy complejo y de carácter social, porque ha ido cada vez más en aumento; por un lado, debido a que hay una crisis económica y la gente busca la manera de tener ingresos, pero, por otro lado, todos los informales quieren estar instalados en las plazas y calles principales del Centro, y eso no es posible.
Ante ello, Rosillo Izquierdo informó que ya se encuentran en pláticas con las nuevas autoridades municipales para ordenar el comercio informal, y consideró que aquellos espacios vacíos que hay en los alrededores de los mercados, podrían ser una opción viable para que los informales se puedan establecer. No obstante, primero es necesario tener un control de cuántos comerciantes son los que hay en la vía pública.