Tras identificar las fincas con algún nivel de riesgo por su deterioro, el siguiente paso es la búsqueda y localización de sus propietarios, con los que se dialoga para analizar qué se puede hacer, si se trata solamente de un arreglo de fachada, una rehabilitación total o deben ser demolidas si su daño estructural es grande.
Sin embargo, los inmuebles más deteriorados son aquellos que están intestados o están en litigio, por lo que se encuentran deshabitados, aunque sí representa un riesgo para transeúntes o automovilistas.
La Unidad de Protección Civil Municipal lleva la cuenta de alrededor de 30 fincas intestadas.
En tales casos, solamente se acordona el área, se apuntala la construcción e, inclusive, se coloca una lona con la advertencia de que se trata de un inmueble en riesgo de colapso; son verificados constantemente inclusive para desalojar a indigentes que llegan a ocuparlos.
De acuerdo con personal de esa dependencia municipal, es el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) la dependencia que fija los protocolos en estos casos. Inclusive, se capacita a los propietarios de las fincas para que desarrollen el proyecto de construcción, y se les asesora en el material que debe utilizarse.
Protección Civil se limita a realizar las revisiones, el diagnóstico e intentar localizar a los propietarios de la finca con apoyo de la dirección de Catastro; a la fecha, desde el inicio de la administración, por lo menos una decena de fincas han sido rehabilitadas gracias a ello.
Del resto, se mantiene un monitoreo para verificar si aumenta su nivel de riesgo.