Aumenta el uso de cuellos y bufandas con la llegada de la temporada decembrina por las posibles bajas de temperatura, así lo señalaron vendedores de ropa abrigadora del centro histórico.
Consideraron además que el interés por la clientela a este tipo de prendas siempre es regular por estas fechas.
"La clientela busca las prendas de moda, ahora se utilizan mucho las bufandas gruesas y tejidas, también los gorros y cuellos de tela térmica. Dejan al último la compra de chamarras, casi cuando ya están en oferta", señaló comerciante.
Hoy día pueden llegar a vender de tres hasta cinco prendas , sin embargo mientras más se acercan las fechas de entrega del aguinaldo y mientras más bajan las temperaturas, es la segunda semana de diciembre que perciben mejores ventas.
"En esas fechas se vende muy bien, de la mercancía que traemos llegamos a vender al día la cuarta parte, total que en una semana tenemos que volver a surtirnos".
Los costos de estas prendas suelen variar, sin embargo los más elaborados con los que tienen un mayor precio.
"Lo más barato es lo hecho de acrilán, nailon o poliéster. Que abrigan bien pero la calidad no es tan buena. Lo mejor son las bufandas y gorros de estambre de algodón y de lana, estas últimas si son mucho más costosas y casi no traemos porque es raro que la gente pueda comprarlas".
Los precios comentan comerciantes, se mantienen definidos en todos los puestos y comercios de este rubro. Lo más económico son los guantes, que cuestan desde los 35 pesos, le siguen gorros que van de los 79 hasta los 150 pesos dependiendo del material y diseño; las bufandas se estima que es una de las prendas más costosas, porque es la más solicitada. Las chamarras suelen costar más de 300 pesos la más ligera, las térmicas sobrepasan los 900.
"La bufanda suele costar 100 pesos las más sencillita, pero si el material es grueso y de mejor calidad, se venden hasta bufandas de 300 pesos".
Mayormente quienes adquieren este tipo de prendas son las madres de familia, que suelen comprarlas para los más pequeños de la casa, aunque también adultos de la tercera edad las compran.