El Instituto Federal Electoral (INE) no va a desaparecer pero tiene que refundarse, someterse a una reingeniería profunda, para recurrir a las tecnologías que le quiten carga de trabajo y mantengan la confiabilidad en los resultados.
El delegado en San Luis Potosí Pablo Sergio Aispuro Cárdenas aseguró lo anterior y señaló que esa reforma electoral profunda no debe construirse desde el poder, sino con la fuerza de la reflexión conjunta, de todos, para tener una institución diferente con modelos diferentes de hacer elecciones.
"A veces hay que desprenderse hay que aprender a desaprender y hay que tener desapegos respecto a cosas de cómo las hacemos. ¿Con qué formato? no sé, creo que habría que revisarlo, pero me parece que eso está en la cancha de los legisladores".
Aispuro Cárdenas añadió que de 1991 a la fecha, la transformación constante del INE le ha dado a México certeza ubicada en la confiabilidad, certidumbre en los resultados, en 33 años de vida institucional se ha cambiado diametralmente la manera de vivir la vida política en México.
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Al INE le hace falta ajustes importantes, “no creo que debamos seguir organizando elecciones con la densidad operativa que afecta incluso a quienes aquí trabajamos, con trabajo extenuante, a pie, sobre cargado de responsabilidad y vale la pena que la sociedad civil y política hagan una reflexión al respecto”.
El delegado Pablo Sergio Aispuro manifestó que es necesario asumir las tecnologías para sumarlas al trabajo, sin demérito de la confiabilidad, de los procedimientos y de los resultados, México ya está preparado y es necesario que todos los partidos participen en este nuevo diseño de gestión electoral y confianza en la institución.
“No más los métodos barrocos y complicados generados por la desconfianza, alentados desde quienes antes era oposición y hoy son gobierno, instalamos 170 mil casillas pero cuantas serán en 2027, 2030, 2033, no nos podemos quedar estacionados en este modelo que tiene rasgos de 1990 todavía”, puntualizó.