In Memoriam | Jacobo Payán Latuff también buscó el “sueño americano”

"Había días que no teníamos para comer, éramos 9 hijos y no alcanzaba lo que mi padre vendía como comerciante, a veces no vendía”

Ana María Valdéz Castrejón / El Sol de San Luis

  · martes 5 de noviembre de 2024

Juanita Olivo | El Sol de San Luis

Jacobo Payán Latuff, nacido el 6 de enero de 1939, hijo de Emilio Payán, comerciante y Regina Latuff, ama de casa nos relata como ha sido su vida a lo largo de 84 años, recuerda cómo vivían en la calle de Zarzosa entre el mercado Hidalgo y el República, él con sus padres y 8 hermanos.

Con la voz entre cortada nos dice Don Jacobo, “había días que no teníamos para comer, éramos 9 hijos y no alcanzaba lo que mi padre vendía como comerciante, a veces no vendía”.

Relata que solo estudió la primaria y que comienza su vida laboral como office boy en el Banco Nacional de México en donde ganaba 2 pesos con 50 centavos. Después de trabajar un tiempo en esa institución bancaria, optó por irse a los Estados Unidos a probar el sueño Americano, en donde en el Hotel Hilton de los Ángeles trabajó como ayudante y mozo de cocina, lavaba trastes y hacía la limpieza.

Hasta que el Cheff lo sacó y lo puso a trabajar de Garde manager (persona responsable de preparar alimentos fríos), durante 2 años permaneció en Los Ángeles, en el Hilton. Tenía tan solo 20 años de edad. Así comenzó a ayudar a sus padres y hermanos.

▶️ Únete a nuestro canal de WhatsApp y recibe la información más relevante al momento

Pero llegó el momento en que don Jacobo ambicionaba ser mejor, y se le ocurrió la idea de comprar pacas con ropa con el dinero ahorrado que eran alrededor de mil dólares y se regresó a San Luis con 9 pacas, las vendió en el mercado Hidalgo. Le fue bien, porque con esas ganancias comenzó a comprar y vender puercos, su hermano Emilio le ayudaba, pero con lo que no contaba don Jacobo es que a su hermano le gustaban los juegos de azar, perdiendo lo que ganaba con la venta de los puercos. Luego incursionó en la venta de frutas y verduras surtiendo a los restaurantes de la ciudad.

Su despegue económico comenzó cuando de 1964 a 1970 fungió como gerente de ventas de Automotríz Lorca, cuyo jefe directo era don José Lorca Avalos y su jefe indirecto Don Roberto García Maldonado, ambos grandes empresarios.

Aquí recuerda Don Jacobo, comienza forjando su capital ya que ganaba solamente de comisiones entre 20 a 30 mil pesos mensuales y con tan solo 30 años de edad.

De aquí surgió la idea de formar su propio lote de autos usados en sociedad y a fin de cuentas terminó como único dueño. Pasó también como vendedor en Seguros del Potosí.

Para ese entonces ya había contraído matrimonio con Yolanda Espinoza Martínez. Luego comenzó a escasear la varilla y volvió a cambiar de giro se propuso incursionar en la industria acerera comprándole a Don Alfredo Urlé 2 toneladas de varilla y 2 toneladas de alambrón. Con este antecedente se forma una de sus principales empresas Grupo Acerero de San Luis.


Al mismo tiempo le invitaron a formar parte del consejo en la liga de futbol de 3ª división del equipo San Luis, en donde cada uno de los socios aportó la cantidad de 200 mil pesos.

Asimismo ha estado inmerso en la construcción de 6 mil casas de interés social en el vecino municipio de Soledad así como en la Colonia Ricardo B. Anaya.

Tras su partida dejó 2 invernaderos, 5 restaurantes, 3 hoteles, 1 fletera grande, 2 concreteras, 2 cementeras distribuidoras y comercializadora de acero y 45 gasolineras dando trabajo a 2 mil empleados.

Don Jacobo nos comenta en entrevista, su pasión por el futbol y por la experiencia de haber logrado que el equipo San Luis subiera de 3ª división, a 2da y finalmente a 1ª, decidió construir el Estadio “Alfonso Lastras” en honor a su amigo entrañable el ex rector de nuestra máxima casa de estudios U.A.S.L.P. con quien llevaba una muy buena amistad.

En este sentido Don Jacobo tiene la certeza de que ya le toca cambiarle el nombre al estadio por el de Estadio Jacobo Payán Latuff. “yo creo que ya es tiempo después de 20 años, ya siento que lo merezco”, dice.

Emocionado nos revela que próximamente se tiene preparado el develar un monumento de su persona en el Estadio.

Además cabe hacer mención que dentro de sus proyectos más próximos está el de construir otro piso al estadio, de hecho, al estar realizando esta entrevista le llamó a quien se encargará de realizarlo, el Arq. Wilfrido Martínez.

La nueva sección del estadio contará con 40 palcos más, serán vendidos a quienes estén interesados más o menos entre 3 y 4 millones de pesos con una durabilidad de 100 años. Y el 3er piso será construido pensando en las personas de escasos recursos, para que ya no paguen los 450 pesos que les cuesta un boleto sino entre 100 y 150 pesos.

Pasando al tema Político, Don Jacobo inició con el exgobernador Leopoldino Ortíz Santos como Secretario de Finanzas, de ahí pasó a colaborar en el sexenio del también exgobernador Florencio Salazar Martínez en donde fungió como director general de la Feria Nacional Potosina. Recordó de manera burlesca que Don Florencio le peguntó a donde quería ir y don Jacobo le decía “a la Feria, a mi ponme en donde haya feria, es lo único que se manejar”.

Recuerda también su andar por la Secretaría de Desarrollo Económico cuando fue director de promoción económica, asienta que gracias a él fue cuando se logró traer muchísimas empresas a instalar en San Luis Potosí, generando infinidad de empleos directos e indirectos.

Raymundo Rocha | El Sol de San Luis

Recuerda también que la Feria era autosuficiente que de hecho le daba 500 mil pesos a DIF Estatal, recursos que nunca supo si los ejercieron.

Nos confiesa que “cuando se fue Leopoldino, lloré y lloré mucho porque fue una gente honesta. Me da mucho coraje cuando la gente habla mal de los exgobernadores y en especial de él”.

Además nostálgico se acuerda cuando “le robaron la elección a alcalde”. “Hicieron ganar a Victoria Labastida y dicho por ella, yo obtuve 100 mil votos y ella 20 mil” pero al cabo de los años hablamos y somos amigos”. Y a fin de cuentas a mí me dejaron 90 mil votos y a ella 110 mil, pero me robaron”.

Por último se despide diciendo que lo que más le duele de la vida es la pobreza “por eso yo quiero tanto a los pobres, porque lo fui y se de las necesidades diarias por las que pasan, mi mamá me bañaba con un jarrito porque no teníamos agua. Vivíamos en una vecindad en Matamoros número 31 interior 4, de ahí vengo.

Así concluyó esta plática con un hombre sencillo y generoso, empresario visionario, trabajador incansable, padre y esposo amoroso, excelente persona y mejor amigo.

Descanse en paz don Jacobo Payán Latuff.